Amante peligroso
Capítulo 268

En el momento en que se abrió la puerta, no se veía nada de cansancio en la cara de Denis, donde apareció una sonrisa tanto brillante como deslumbrante. Lázaro se apoyó contra la ventana. Cuando la puerta fue abierta, volvió la cabeza y la vio a Denis, quien llevaba una sonrisa deslumbradora. Él se quedó atónito y se puso furioso, pero en el próximo momento, su ira desapareció absolutamente. -Adelante. - suspiró. “Sin duda, ella no sabe que su sonrisa es brillante a la vista, pero si se fija bien, es confusa y al echarle una mirada otra vez, se siente que lleva una sonrisa llena de angustia. ” Sin embargo, la mujer siguió parándose en la puerta y vaciló en entrar. Lázaro se dio la vuelta y se dirigió hacia ella. De pronto, estiró el largo brazo y la arrastró adentro, -Deja de reír. Él no puede verte. - Entonces, su sonrisa se congeló en el rostro. -Se le disparó cerca del corazón. Solo faltan dos centímetros para este. - -Se le llevó inmediatamente al hospital. - -Después de ocho horas de rescate de emergencia, salió del quirófano y entró directamente en la unidad de cuidados intensivos. - -Aun cuando le salvaron la vida, su situación no está bien. - -Se encuentra muy mal. ¿Me puedes explicar qué significa?- Lázaro la observó de cerca y descubrió que la supuesta tez buena fue ocultada por la base de maquillaje espeso y el lápiz labial rojo brillante
Además, también percibió que tenía las ojeras profundas, que apenas consiguió cubrir la base de maquillaje espeso. Él no le contestó en seguida, pero de repente, abrió la cortina de atrás y se podía ver todo el interior. Denis nunca lo había visto a Joaquín así, con tubos por todo el cuerpo y diversos aparatos médicos a su lado. Se acostaba tranquilamente en el lecho, sin signos de vida. Detrás de ella, parecía que las palabras de Lázaro le llegó atravesando una larga oscuridad, -Como lo que ves ahora, no puede sobrevivir sin estos aparatos. - -Y hay que monitorear sus signos vitales todo el día con ellos. - -Antes de tu llegada, ya se realizó el quinto rescate de emergencia. Es decir. - -Entiendo. - Denis le interrumpió de repente. “O sea, es posible que este hombre se vaya del mundo en cualquier momento. ” ella pensando. Comprendió lo que iba a decir Lázaro, pero no permitió que nadie dijera tal palabra, sin razón alguna. -¿Has informado. a la familia García?- dijo ella en voz ahogada, sin embargo, no se le saltó ninguna lágrima desde el principio hasta el fin. Lázaro negó con la cabeza, -Solo te he avisado. Las relaciones internas de la familia García son muy complicadas. Hay quienes le harán daño a Joaquín tan pronto como se enteren de su accidente. - Denis se puso pálida, -Préstame tu celular
- le pidió ansiosa. Al coger el teléfono de Lázaro, le llamó inmediatamente a Vivian, -No digas a nadie que estoy en el extranjero. Estos días, mantenlo todo en secreto. - Al escuchar esto, Vivian comprendió claramente que no se podía decir nada sobre Joaquín. Luego, Denis le devolvió el celular a Lázaro. -¿Qué le pasa con la cabeza?- “¿Acaso también se le dañó la cabeza?” -Después de que le dispararon, Joaquín se cayó al suelo y chocó contra la barandilla, pero la herida en la cabeza no es fatal. - -¿Nos podría. dejar solos por un buen rato, por favor?- Lázaro le dio una mirada profunda a Denis y se retiró en silencio. Luego, se cerró la puerta del cuarto de enfermo. En la habitación, no se oyó ningún sonido, lo cual era aterrador. Ella se mantenía de pie delante de la cama y fijó los ojos en el hombre silencioso. La tristeza casi la dominó completamente, pero aun así, no se le cayó ni una gota de lágrima. Sus ojos secos estaban inyectados de sangre. Su mirada que estaba llena de amor, odio, la tristeza y dolor, era tan complicada que casi nadie tenía el valor de mirarla directamente en aquel entonces. Todo estaba en silencio y nadie podía saber qué estaba pensando ella en ese momento. Se sentaba sola al lado del lecho, en cuyo corazón el amor y el odio estaban entrelazados; la tristeza y el dolor se encontraban entrecruzados, lo cual era tanto enrevesado como indescriptible. Se quedaba mirándole al hombre inconsciente en la cama