อ่านนิยายออนไลน์ทั้งหมดฟรีที่นี่

Tenias que ser tu

Capítulo 33

sprite

Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2011045801413 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Todos se quedaron sorprendidos mientras veían a Fernando con el arma en las manos. Iván se puso inmediatamente en frente de Paula protegiéndola de cualquier situación que pudiese pasar. Fernando, vestido con la ropa de su compromiso ardía de furia delante de los dos, ―¡Fernando por favor!― expresó el papá de Iván con fuerza ―¡Qué estás tratando de hacer! Fernando seguía apuntando a Iván sin que ambos se quitaran la vista― Paula, tú no te puedas casar con él, te casarás conmigo. ―¡Estás loco!― Expresó Paula haciéndose un poco para delante pero Iván la tomo del brazo y la hizo para atrás ―¿cómo te atreves a llegar así? ―Yo llego como se me da la gana y ya te dije que no te puedes casar con otro hombre que no sea yo. ―¡Déjanos en paz!― gritó Iván ― ¿qué es lo que te está pasando?, ¿por qué no nos puedes dejar en paz? Fernando en respuesta disparó hacia el techo haciendo que todos los invitados gritaran asustados y se hicieran para atrás. Iván tomó a Paula del brazo mientras ella veía a Fernando sobre su hombro. Las piernas le temblaban, se sentía confundida y a la vez quería averiguar qué estaba pasando. ―¡Vámonos Paula!― gritó apuntando aún a Iván. ―¡Yo no voy a ningún lado contigo!― respondió ―¿Qué te haz vuelto loco? ―Sí, estoy loco, pero loco de amor por ti, por lo que no puedo permitir que te cases con este hombre. Así que ven conmigo en este momento que no tengo tiempo que perder. ―Paula no irá a ningún lado, ¿entiendes? ― expresó Iván con una Luz tan masculina que hizo a todos voltear― ella se va a casar conmigo y ni tú ni nadie lo va a evitar. ―¿Quieres ver como si?― le retó Fernando y sin que nadie se lo esperara tomó a la hermana de Iván entre sus brazos y le apuntó con la pistola. ―¡No!― gritó la madre de Iván asustada. ―¡Paula!, ven hacia mí― pidió Fernando de nuevo. Paula e Iván se vieron a los ojos y él negó con la cabeza. ―No te atreverías― digo Iván. ―No me hagas a atreverme ― y disparó sobre el suelo cerca de los pies de Iván haciendo que todos gritaran y él se hiciera para atrás―Paula, ¡vámonos! ― gritó. ―¡Sobre mi cadaver! ― gritó Iván. ―Eso se puede arreglar ahora― habló Fernando y le apuntó al pecho. ―¡No!― interrumpió ella. Paula dio un paso al frente con el cuerpo temblándole por completo. Iván la tomaba de la mano y ella volteo a verlo asustada ― todo estará bien― murmuró. ―¡No te lo volveré a repetir Paula!― Gritó Fernando―¡Vámonos!, ¡Vámonos Paula! ―Lo siento― murmuró ella mientras soltaba la mano de Iván y caminaba a hacia Fernando que aún tenía a la hermana de Iván entre sus brazos. Cuando Paula se acercó Fernando le apuntó con la pistola a ella. ―¡Abre la puerta!― ordenó. Paula lo hizo sin más y cuando abrió la puerta del salón, Fernando empujó a la hermana de Iván hacia el centro haciendo que cayera justo entre sus brazos bloqueándolo por completo

Después salió del salón y trabó las puertas dejándolos encerrados ahí. Tomó a Paula del brazo y la llevó hacia la entrada. ―¡Déjame!― Gritó Paula mientras se trataba de zafar de su brazo. ―¡Jamás!― respondió Fernando y en un movimiento la cargo entre sus brazos para alejarse de ahí. Mientras tanto Iván desesperado trataba de abrir las puertas del salón pero, éstas estaban tan trabadas, que le fue imposible―¡Paula!― gritó con impotencia y luego se dirigió a una de las ventanas con rejas para gritar―¡Paula!, ¡Maldito Fernando me las pagarás!, ¡Paula!, ¡te vas a arrepentir Fernando! Paula trataba de zafarse de los brazos de Fernando cuando de pronto llegaron a la parte de atrás de la casa de Iván y escuchó que un caballo le estaba esperando. ―¡¿Qué haces?!, ¡Suéltame!, ¡Suéltame te digo! ― gritó, Fernando se subió al caballo, sin soltarla del brazo, y luego con toda la agilidad que tenía la subió a ella adelante. Así, tomando las riendas y envolviéndola con sus brazos le murmuró ― lo siento Paula, en momentos desesperados, acciones que lo ameriten ―y diciendo esto le dio una patada al caballo para que ambos salieran de ahí. Ambos salieron de la casa por la parte de atrás y Fernando tomó todos los caminos aledaños para no pasar por la plaza principal y hacer un escándalo. Sin embargo, a la hora del salir del puerto, atravesó por unos momentos el malecón que lo llevó hacia la salida, haciendo que varios vieran la escena que estaba ocurriendo; Fernando Saramago se llevaba a Paula de la O en un caballo. El caballo galopó lo más rápido que pudo mientras Fernando, sin prestar atención atrás, sólo miraba al frente llevando a cabo el plan que con tanto tiempo de anticipación planeo. Paula, llegó un momento en que dejó de reclamarle y luchar para bajarse de ahí y sólo miraba al frente sintiendo el aire caliente de la noche y el camino que poco a poco se iba poniendo más y más obscuro. De pronto, las luces del puerto desaparecieron por completo y Fernando se salió del camino principal para meterse a otros caminos que cada vez se volvían más complicados. Momentos después la obscuridad los envolvió y solo la luz de la luna alumbraba el camino. El caballo iba a una velocidad constante, cabalgando firme por el camino como si ya supiera por dónde iba, o al menos que no había peligro. Paula volteaba a ambos lados para tratar de ubicarse pero le era imposible, no tenía ni idea de dónde estaba ni qué podría pasar. Fernando estaba loco, completamente loco, aún llevaba la pistola con él y no podía creer que hubiese amenazado de tal forma a la hermana de Iván y sobre todo disparado en la casa. Siguieron cabalgando por unas horas más, hasta que por fin salieron a un camino mucho mejor construido que pronto los sacó a una playa. El caballo bajó la velocidad y pronto Fernando relajó lo brazos, tomó la pistola y la aventó al mar. ―Ya no vamos a necesitar eso― dijo seguro y volvió a tomar las riendas― tenía balas de salva, no soy un idiota. ―Pues actuaste como uno― murmuró ella. ―Ya te dije, momentos desesperado, acciones que lo ameriten― repitió. Ella ya no le dijo nada y simplemente vió hacia delante para tratar de adivinar donde se encontraba. La playa estaba completamente vacía, era diferente a las cercanas al puerto por lo que supo que se encontraba muy lejos de ahí. ―Nos hospedaremos en un lugar decente, te lo aseguro. ―Yo lo que quiero es regresar con Iván, no me quiero hospedar contigo. ―Pues ni modo― respondió con dureza ― estamos muy lejos del puerto y lejos de los caminos principales así que no te queda de otra

―Este es un error― murmuró. ―Un error es casarte con un hombre que no amas, así como yo me casaría con una mujer a la que ya no amo. Ese es un error que no estoy dispuesto a cometer y sí te tengo que alejar de ese infierno para que lo entiendas, lo haré― Fernando detuvo el caballo y luego bajó de éste― baja, ya llegamos. Paula hizo el cuerpo hacia adelante y dejó que Fernando la tomara de la cintura y la bajara sobre la arena. Inmediatamente ella le dio una patada sobre la ingle haciendo que Fernando se doblara y cayera sobre la arena. Paula salió corriendo hacia el lado contrario donde habían llegado pero al entrar al camino, al estar lleno de arena y piedras ella se resbaló con los tacones y cayó sobre el suelo lastimándose el tobillo. ―¡Paula!― escuchó el grito de Fernando. ―¡Mierda!― expresó mientras se trataba de poner de pie. Fernando llegó y aún con el rostro expresando dolor la vio y negó con la cabeza ― estamos a kilómetros del puerto y por ahí te hubiese perdido. Venga, no seas necia, hemos cabalgado casi toda la noche debes estar igual de cansado que yo, sólo vamos a a la cabaña, ¿quieres? Paula se sobó por unos momentos el tobillo tratando de aliviar el dolor para después suspirar profundo― al parecer no me queda de otra― expresó y se puso de pie para levantarse y empezar a caminar pero, al sentir el dolor, se quedó de pie por un momento más. ―Te ayudo― murmuró Fernando. Paula lo miró a los ojos ― tal vez habrás ganado esta partida, pero eso no quiere decir que mi estancia aquí contigo sea de lo mejor; no me hables. ―Bien, jamás pensé que esto fuera fácil― respondió. Así, la tomó de la cintura y volvió a subirla al caballo. Después, jalando la rienda del caballo regresaron de nuevo al punto donde se encontraba el lugar de hospedaje. El bungaló era bonita y bastante grande. Al entrar Paula se dio cuenta de que sólo había una habitación y que lo demás era la sala, la cocina y la puerta que daba al mar. ―Nos quedaremos aquí el tiempo que sea necesario, si son cinco años que así sea. ― habló Fernando firme. ―¿Qué?― respondió Paula de inmediato. ―Lo siento Paula, no nos estamos hablando ¿recuerdas?, así que no puedes interferir en esto. Paula enojada entró a la habitación y vio que sólo había una cama matrimonial. ―Así viene el bungaló, lo siento. Paula tomó varias almohadas y las puso en medio de la cama haciendo a Fernando reír. ―¿Es en serio? ― preguntó. ―O lo hacemos así o mejor no hacemos nada ― dijo sin causarle gracia el asunto, ―Como tú dirás Paula, pero no creo que sea necesario, yo pienso dormir en la sala, debo evitar que te escapes― hablo Fernando y ella lo miró con el rostro que expresaba una enorme rabia que Fernando sabía pronto pasaría― buenas noches, descansa― habló tranquilo y sin recibir respuesta de Paula, cerró la puerta dejándola sola