LIBIDO (COMPLETA)
Capítulo 21

Su respuesta no me ayuda en nada, quedé igual, no entiendo a lo que se refiere, lo más raro es el lugar. Me entrega mi vaso con vodka y sin dudarlo lo bebo para refrescarme, aquí dentro se siente como un horno por la cantidad de personas. Jaxon no dice nada, solo se enfoca en las personas que bailan y beben, hago lo mismo. Me enfoco en una pelirroja de tez blanca, tiene un vestido corto ajustado a sus curvas, el plateado le resalta con las luces artificiales de los candelabros. La chica baila con dos hombres rubios, ambos portan un traje elegante y brillante, el chico rubio de traje grisáceo baila enfrente de la chica besando sus labios mientras que el otro rubio de traje aterciopelado café baila detrás de ella acariciando sus caderas, ella gustosa de ser tocada restriega el trasero al hombre de atrás. El hombre de traje gris se acerca a su oído y ella acepta con el movimiento de su cabeza, ambos se miran, la agarra de la mano y se la lleva hacia las amplias escaleras de porcelana, la tercera persona que bailaba con ellos va detrás y se pierden en la oscuridad de las escaleras. Mi mente lo asocia con una cosa, un trio. Me niego a creer lo que pueden llegar hacer; agito la cabeza, de un solo sorbo bebo el vodka logrando quemar mi garganta. Entre la multitud de gente cuatro personas se nos acercan. —Jaxon, un gusto volverte a verte por estos rumbos —exclama uno de ellos. Los dos chicos se sientan a nuestro lado y las chicas se sientan sobre sus piernas. —Estoy de regreso —comenta un Jaxon sonriente. Me sorprendo por su actitud, nunca la había visto socializando con alguien más que no sea del trabajo. —Me da gusto que volvieras, ya te estaban extrañando —el sexy hombre de cabello negro habla. — ¿Quién? —pregunta, confundido. —Ya sabes, eres muy conocido por estos rumbos —comenta de nuevo. Los únicos que hablan son los hombres, las chicas y yo no decimos nada. En primera, no sé quiénes sean lo más probable es que sean sus amigos y dos solo ellos se entienden y al parecer las mujeres también, pero ellas no dicen nada solo sonríen y beben de su bebida. —Nos vas a presentar a la hermosa dama que te acompaña —habla el otro chico. El hombre se fija en mis ojos y sonríe, me tieso al chocar con su mirada. Sus ojos son de un café claro que con cinismo recorren mi cuerpo y se posan en mis desnudas piernas, mientras me mira se muerde los labios. —Esta hermosa mujer es mi musa —les clara a los presentes. —Es preciosa, te envido Jaxon —el castaño no deja de mirarme, eso me incomoda, pero a Jaxon no. —Me fascinan sus ojos —habla la pelinegra alagando mis claros ojos. —Nena, ellos son mis amigos, debes presentarte. Miro a los corpulentos hombres y después a las chicas, nerviosa por la mirada café que no deja de verme me enfoco en el otro chico que besa el cuello de su acompañante, pero su mirada se enfoca en mí. —Buenas noches caballeros. Me llamo Mallory Odett. El castaño sonríe al escuchar mi nombre y habla. —Hola linda, un gusto conocerte. Me llamo Liam Harrison y ella es Madison, mi acompañante esta noche. Le sonrió con amabilidad y a la chica también. —Hola guapa, soy amigo de Jaxon y me llamo Ben Marshall. Ella es Hannah mi pareja. —Hola —les sonrió. Ben levanta su vaso y hace que brindemos, chocamos los vasos y bebemos del líquido. Ben levanta la mano y se acerca la misma mesera que nos atendió antes, pide otra ronda de bebida para todos, ella acepta y se aleja con sensualidad. Me bajo de las piernas de Jaxon y entre los seis conversamos. Poco a poco los voy conociendo, menos a Madison que solo es una compañera de Liam esta noche, prefiere no contarnos de ella. Ben es un alto y corpulento hombre de cabello y ojos negros, tiene una ligera barba que lo hace ver varonil, su novia es una hermosa chica rubia de ojos verdes, ella es francesa. Liam es un alto hombre de bronceada piel, de ojos claros y cabello castaño, es el más corpulento de los tres, es muy atrevido y coqueto. De vez en cuando lo capto mirándome y cuando lo veo me sonríe, también le sonrió discretamente, no quiero faltar las reglas de coquetear con otro hombre mientras estoy con mi amo
—Bien chicos, me voy a divertir. Lo veo después. Ben se levanta junto a su novia, se despiden de nosotros y se pierden en las penumbras de las escaleras para ir al segundo piso. Jaxon y Liam se levantan para hablar un momento a solas, me quedo con la misteriosa chica morena, no quiero sentirla incomoda o verme antisocial así que le pregunto a ella si sabe algo de este lugar. — ¿Sabes que es este lugar? —Pensé que sabias —me contesta con una sonrisa. —No, solo Jaxon me trajo —confieso. La morena chica sonríe, bebe de su coctel y se acerca más a mi para decirme lo que sabe. —Para hacértelo corto estas fiestas o reuniones, llámalo como quieras, son hechas para tener sexo, aquí todos disfrutamos del sexo a nuestra manera. Estoy que no me creo sus palabras, por un momento pienso que es una broma, pero no se ríe ni nada. Ella comprende que no le creo. —Allá —me señala hacia las escaleras donde Ben se fue con Hannah —Están las habitaciones en donde puedes tener intimidad con una, dos, tres personas, con las que tú quieras. Estoy impactada. —El primer salón dorado es el salón de presentaciones, si eres novata o es tu primera vez se recomienda que te quedes ahí para que conozcas a alguien. Y este salón, el negro, es para aquellas personas que ya tiene pareja. —Entonces, esto es algo como fiestas clandestinas —pregunto. —No. Estas fiestas son como un trueque, aquí haces lo que quieres, puedes intercambiar pareja, tener sexo con tu pareja o con más personas si así lo deseas. Arriba en las habitaciones encontraras todo lo que quieras, cualquier juguete sexual; el sexo es libre amiga. La breve explicación que me da me deja completamente en shock. «¿En serio existen estas fiestas?» No continuamos con la plática porque los chicos llegan y se sientan. —Pensé que tu sumisa ya sabía sobre IDUS —Madison le habla a Jaxon. — ¿Le explicaste? —le pregunta directamente a la morena. —Si, solo un poco, no todo. Jaxon sonríe, bebe de su trago y lo deja sobre la mesa, sus manos sujetan mi confuso rostro y me hace verlo. — ¿Qué piensas, nena? —Esto es raro —confieso. Se ríe por mi respuesta y besa mis labios. — ¿Te gustaría intentarlo ahora? Su propuesta me pone rígida. No me imagino sintiendo ese tipo de placeres que Jaxon propone, estoy consciente de que hemos tenido sexo con morbo, pero entre los dos, solos. No me siento preparada para ir más allá del sexo, con Jaxon haría cualquier cosa, tengo confianza en él. —Tranquila, déjate llevar. El sexo es para disfrutarse, dejarse llevar por el placer, solo haz lo que tu cuerpo te pide. No temas, además tienes a un gran maestro, Jaxon es muy bueno en esto, estas de suerte para ser tu primera vez —me anima Madison. Me da miedo la idea. Es el mismo miedo que sentí cuando Jaxon me propuso ser su sumisa. El miedo es solo una barrera que muchos temen pasar, es aquel que nos impide lograr lo que queremos por el simple hecho de ser juzgados. Acepté ser la sumisa de Jaxon para conocerme en el sexo, el morbo y gracias a él no me da vergüenza de practicarlo. Me gusta el sexo, el morbo y eso lo descubrí por Jaxon, no soy la tímida, la inteligente mujer que suelo presentar ante la sociedad; tengo gustos y aunque para la sociedad es mal visto para otros no. Aquí eres libre, no te juzgan, todas las personas presentes tienen un gusto en común que es mal visto. — ¿Te gustaría intentarlo con Liam? —me pregunta. Poso mi vista en el castaño. Admito que Liam es bastante atractivo, mi mente piensa en las mil formas en que me puede penetrar como me gusta. Si esto pasará afuera de este lugar sería cruelmente juzgada por meterme con el amigo de mi pareja, pero aquí no
Ambos están de acuerdo y eso es una gran oportunidad. Las oportunidades no se desaprovechan, nunca se sabe cuándo volverán a suceder. —Creo que te agrada la idea, nena. Dejo de mirar a Liam y me enfoco en Jaxon, me mira con esos ojos penetrantes llenos de lujuria. Sin importarle que los demás nos vean pone sus manos en mis pechos cubiertos por la fina tela, se pueden ver mis pezones erectos. Su tacto me hace sentir calor en todo el cuerpo que las mejillas se me ponen en un tono rojizo. Liam le dice algo a Madison, ella sonriente lo besa y se va dejándonos los tres solos. — ¿Quieres hacerlo, nena? —me vuelve a preguntar. —Si, si quiero hacerlo —me cuesta decirlo. Jaxon me sonríe y besa mis labios con posesividad jalando de ellos al final marcando sus dientes en mi labio inferior. —Liam, te quiero ofrecer a mi musa. ¿Aceptas? —Es un placer que me ofrezcas a tu mujer —dice sin pensarlo. Ambos hombres sonríen; Jaxon se levanta de su lugar, agarra su vaso y bebe todo de un solo trago, me agarra de la mano y me hace caminar, cruzamos la gente que está bailando y nos dirige hacia la penumbra de las escaleras. No conozco que hay detrás de esas escaleras, solo sé que hay habitaciones, lo que me da curiosidad es saber qué hay en las habitaciones. Liam nos sigue por detrás; mientras caminamos no dudo en preguntar le ha Jaxon sobre Madison. —Jaxon —lo llamo. — ¿Qué sucede? — ¿Has estado con Madison? Lo duda un poco, pero lo dice. —Si. — ¿Solos o acompañados? —entiende a lo que me refiero. — ¿A qué vienen muchas preguntas?—Solo es curiosidad. —No seas curiosa, no me gusta que me cuestionen. No pregunto más y llegamos a la parte de arriba, es completamente oscuro con increíbles lámparas de luces amarillas, tiene varios pasillos pocos alumbrados, es más oscuro que el salón negro. En este piso se escucha la música en un bajo volumen, pero lo que más retumba aquí son los leves gemidos provenientes de las habitaciones con puerta dorada, no sé si están sintiendo placer o los están matando. Subimos a otro piso y este es más tranquilo. Es de un oscuro color azul con pequeños diseños en blanco. Nos detenemos frente a una puerta blanca, Jaxon inserta una llave y abre la puerta, él entra primero y luego yo; la habitación es bastante amplia, del mismo color que todo el cuarto piso. Jaxon se detiene en medio de la habitación, se da la vuelta, me agarra del rostro y me besa con posesividad sin darme tiempo de respirar. Con confianza enredo mis manos en su cuello, acariciándolo y estrujándolo más hacia mí para profundizar el beso erótico y lleno de deseo. Mi mente se enfoca solo en Jaxon hasta que siento otro cuerpo masculino sujetarme por la cintura, sus anchos labios besan mi cuello haciendo de lado mi largo cabello y succiona mi piel con sus labios. No debo de girar para saber de quién se trata sé perfectamente que es Liam. Jaxon deja de besarme, pero Liam no. Me mira a los ojos y me da una orden. —Desnúdate. Mi cuerpo se pone rígido y la piel se me eriza por el hecho de que no solo Jaxon me vera desnuda, sino que también Liam. El castaño deja de besar mi cuello y me susurra al oído. —Vamos linda, quiero probarte. Su grande mano levanta mi vestido dejando expuesto mi trasero y choca su mano con mi glúteo dejando mi piel irritada. —Esta noche te vamos a dar el mejor placer, nena. Esa sonrisa me deja en claro las mentes retorcidas que tienen estos dos. Me intriga lo que tienen pensado en hacer conmigo