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El Socio de mi padre

Capítulo 15

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Amaia Domínguez García León, Guanajuato, México Pasamos esos tres inolvidables y hermosos días juntos Axel y yo, en los que nos amamos demasiado de todas las formas que fueron posibles. Yo nunca iba a poder olvidar ese hermoso fin de semana, pues era el primero de muchos que nos esperaban. Pero este fin de semana, en particular, marcaba una fecha especial en mi calendario. Volvimos el domingo en la noche y el chofer que nos llevaba de regreso, se estacionó en la calle de atrás de la casa de Ale para que Axel y yo, pudiéramos despedirnos, como siempre lo hacíamos. –Amaia, mi amor, gracias por este hermoso fin de semana, cariño – Axel me susurró al oído – Te amo, preciosa. No me quería separar de Axel, me iba a hacer mucha falta, no creo que pueda dormir sin él. Pero así había sido nuestra suerte, seguiríamos separados, pero los fines de semana serian totalmente para nosotros dos, sin nada ni nadie que se interpusiera. –Gracias a ti mi amor, todo ha sido magnífico y mágico. No quiero dormir sin ti, no después de dos noches juntos – Se me salían las lágrimas – No quiero soltarte. Nos abrazamos con mucho amor y después de darnos miles de besos. Me bajé del auto y Axel se fue con el chofer y yo me fui caminando a casa de Ale, no podíamos ser vistos juntos y menos en días que no eran laborables. Al llegar a casa de Ale, ella se estaba tomando una bebida en la sala de estar de la entrada de su casa. –Hola, pero si es mi hermosa hermana Amaia – Se levantó para saludarme – Justo a tiempo para que nos tomemos juntas una bebida. Mi hermana siempre estaba dispuesta a pasar un rato agradable, nunca desaprovechaba la ocasión para platicar y más cuando estábamos solas. Sin nadie que nos interrumpiera. –Muy bien Ale, muchas gracias. Veo que no han llegado ni mi cuñado, ni mis sobrinas

– Todo estaba en calma. –No y no sé cuando lleguen, él no tiene de momento trabajo ni ellas escuela y bueno me fui todo el fin de semana con unas amigas y por la sonrisa que veo en ti, Luis Miguel te llevó al cielo. Claro que así seguiríamos, tenía que hablar pronto con Luis Miguel, esto no se podía terminar por cualquier falla que pudiéramos cometer, así que mejor ponerlo sobre aviso. No fuera a meter la pata sin saber. –Sí, me llevó a tocar las nubes – Respondí embelesada de acordarme de Axel – Fue maravilloso, gracias por dejarme ir Ale. Estaremos así, yéndonos juntos todos los fines de semana. Espero que no se le diera por hacerme preguntas más personales, pero afortunadamente cambió el giro de preguntas, a una conversión más tranquila. Sin embargo, teniendo al mismo protagonista. –Amaia, mañana es el evento del aniversario del despacho y tienes que llevarte a Luis Miguel, eso es definitivo – Me dijo Ale – Mi papá ya me ha dado los pases y pensé que es la oportunidad perfecta para que lo presentes como tu novio. ¿Y ahora como le hacía? No podía inventarme una excusa de que no iba a poder ir con Luis Miguel, se me prendió el foco antes de que dijera otra cosa, pues tenía el pretexto perfecto. –Eso va a depender, de si estará ahí Prudencia. Sí es así, no podre invitarlo, sabes bien que Luis Miguel y Prudencia no se soportan. Muchos de mis amigos no se llevaban bien con Prudencia, aunque ya había salido de su casa, en los eventos donde se la pudieran encontrar, preferían no asistir que estar viendo su cara. –Ella no irá, seremos solo personas del despacho. – Me aseguró. Así estaba mucho mejor, y podía ir con toda comodidad y le agradecía a mi papá que solo fueran invitados del despacho porque ella no se mezclaba con este tipo de gente, como si ella fuera mejor que los demás, pues ahí también estaban incluidas sus hijas. – ¿Tú con quién vas a ir? – Le pregunté a Ale – Porque mi cuñado no está

–Pensaba ir con Axel – Dijo haciendo que mi estómago se revolviera – Eso dependerá, por supuesto, de sí, él, va o no con Cecilia. Bueno veríamos como nos iba si ella aceptaba ir con su Axel, yo no me iba a lamentar si lo hacía, llevaría a Lis Miguel, porque yo no me iba a quedar llorando en la casa. –No lo sé y para serte sincera yo, no me acordaba del evento, pero descuida, ahí estaré y mañana mismo en el Tec, invito a mi amado Luis Miguel, ahorita ya no me atrevo a llamarlo, debió de llegar directo a dormirse. Tenía la coartada perfecta, así ya mañana con más calma le contaría de mi plan a Luis Miguel, con tal de que nadie se enterara de la verdad, iba a hacer todo lo posible porque lo mío con Axel, funcionara. –Está bien Amaia, ¿Qué dices si nos terminamos estas bebidas y nos vamos a dormir? Estaba dando por terminada la conversación y me parecía bien, mañana tenía que madrugar para ir al Tec, así que mejor ya nos fuéramos a dormir. –Me parece bien Ale, mañana es desvelada, segura. Nos tomamos las bebidas Ale y yo, después nos fuimos a dormir juntas como cuando no estaban mi cuñado y mis sobrinas. Esa noche, solo podía soñar con Axel y con lo que habíamos vivido este mágico fin de semana. Sus besos, sus caricias y todo en él, me hicieron ser la mujer más feliz del mundo, sintiendo sus besos en mis labios, aunque solo lo estuviera imaginando, me quedé dormida. Al día siguiente, por una extraña razón, no me costó nada levantarme y puse a hacer café mientras que Ale preparaba el desayuno y se metía a bañar para irse a trabajar. Yo mandé un mensaje a Luis Miguel para que pasara por mí para irnos al Tec y me había respondido que aquí pasaría por mí, y cuando Ale y yo, apenas nos habíamos sentado a desayunar, tocaron a la puerta y fui a abrir. –Hola, Amaia, ¿Cómo estás? – Las piernas me temblaban, era Axel – Vine, por Ale quedamos de irnos juntos con un cliente ¿Puedo pasar?Mi impresión al verlo me causo casi un desmayo, si lo hubiera sabido que vendría a recoger a Ale, no le decía a Luis Miguel que pasara por mí, no quería tener problemas con Axel por eso. –Hola, Axel – Respondí sintiendo que el aire, me empezaba a faltar totalmente – Claro pasa. –Gracias, cariño. Axel entró a la casa y se sentó a desayunar con nosotras. No sabía que iba a venir y esperaba y rezaba a todos los santos que él y Ale se fueran primero que yo, no quería que Axel viera que me iba con Luis Miguel, cuando tocaron de nuevo a la puerta supe que pasaría todo lo contrario y no pude hacer nada para evitarlo. Le abrí a Luis Miguel, pero no lo dejé pasar y le pedí que esperara afuera