No más palabras
Capítulo 26

— Hashtag maldita necesitada, hashtag me besé con tu novio. Hashtag hubo mucha lengua. Hashtag chúpate esa Nicoleta ¡Ash! Ni siquiera es una buena foto. No tengo oportunidad de molestarme porque sabía que iban a volver, una parte de mí lo esperaba. Es decir, ella apenas acababa de dejarlo y siendo justos lo sabía cuándo inicié el beso. De hecho aproveché esa oportunidad en la que técnicamente el beso no contaría como un acto de infidelidad o al menos eso aseguró Sabrina. Alejo mi Tablet, me encargo de ponerme los zapatos de tacón y salgo de mi camerino para no permitirme tener más pensamientos raros. Prefiero salir antes de dejar que la irritación me gane o peor, antes de que termine respondiéndole. Ni siquiera los sigo, pero eso no impide que a veces me dé un par de vueltas por sus cuentas. —Mi preciosa Elisabeth. Sonrío mientras siento los brazos de Harry envolverme desde atrás. Me detengo y recargo mi cabeza de su pecho. Seguramente damos la imagen de una pareja muy enamorada. —A ti te iba a buscar. Mi enemigo rojo ha aparecido, así que solicito tus servicios de mejor amigo. — ¡Mierda! Pero mi calendario no me avisó. Río. Desde hace unos cuantos años, específicamente desde que le arrojé un zapato, Harry y yo hemos adoptado la costumbre de pasar el segundo día de mi período viendo películas, comiendo y él siendo lindo conmigo. Entonces en juego descargué en su celular una aplicación que le notifica mi ciclo menstrual, solo que él nunca la borró. Te digo que este es el mejor amigo del sexo opuesto que pueda existir. Me mima en mis días terribles, me soporta y tiene alarma para ello. Es perfecto. —Creo que se me adelantó. — ¿Realmente están hablando de tu ciclo menstrual? Harry y yo nos giramos hacia la voz de Peter, se encuentra con la espalda recargada de la pared mientras come unas adorables galletas de figuritas para niños. Peter es ardiente pero su personalidad es tan tierna y adorable. —Atravesamos por esto juntos— señala Harry alzando la barbilla—. Soy así de valiente como para aceptar estar con Elisabeth en su momento más peligroso. —Porque me ama. —Por supuesto— Harry me abraza fuertemente sacudiéndome, lo cual me hace reír—. Además es la oportunidad perfecta para comer muchas porquerías y ver un montón de películas. —Él es mi peluche para abrazar en esos momentos del mes
—Yo no entiendo cómo es que después de casi un año yo aún me sigo sorprendiendo de todos ustedes— sonríe—. Y aun cuando Harry es quien hace eso por ti, tú quieres casarte con Dexter. y Sabrina. —Boda que voy a impedir— asegura Harry besando sonoramente mi frente—. Ahora debo ir por unas hojas, nos vemos al aire. Por cierto, te sigo desde mi auto al salir. —Perfecto Harry. Lo observo irse antes de acercarme a Peter y recargar mi espalda de la misma pared a su lado. Él me observa divertido y curioso con esos bonitos ojos azules con los que fue bendecido. —Algo me dice que tú eres un hombre muy romántico. — ¿Qué te hace pensar eso? —Cualquiera que te conozca querrá suspirar. Siempre eres atento con nosotras y dices cosas lindas cuando das un cumplido. Te he visto leyendo poesía y una vez te escuché discutiendo con Dexter las ventajas y bueno que resulta leer un libro romántico. —No voy a asustarme porque me estés acechando— bromea. —Soy inofensiva, lo prometo. —De acuerdo. Entonces, dime la razón por la que expones todos los resultados de tu estudio sobre mí. —Este es un caso hipotético. —Siempre tan interesante los casos hipotéticos que nada tienen que ver con la persona que los plantea ¿Cierto? —Exactamente— muerdo el interior de mi mejilla—. Imagina que hoy acabas de terminar con tu novia. —No es difícil de imaginar si recordamos que hace poco terminamos. — ¡Mierda! Lo siento. —No te preocupes, mi corazón sigue latiendo perfectamente. Simplemente ella quizás no era la indicada. — ¿Lo ves? Tienes ese aire romántico a tu alrededor. —Imagino que acabo de terminar con mi novia ¿Y? —No. Mejor imagina que ella terminó contigo. —Oh, mi pobre corazón—lleva una mano a su pecho y yo río. Ágatha pasa riendo sin siquiera vernos por escribir muy rápido en su celular— ¿Alguna vez saca la mirada de ahí para mirar a su alrededor? —No lo sé, quizás incluso ella duerme e imagina que tiene el celular en su mano. —O duerme con su celular en la mano. —Deberíamos enviarla a un grupo de adictos al celular
—Ponerla en abstinencia de eso seguramente la mataría—comenta pensativo, sacudo mi mano recuperando su atención. —Pero retomemos nuestro caso hipotético. —Cierto, prosigue. —Te tomas un par de tragos y escribes. canciones, una canción sobre un beso inspirada en una mujer a la que dijiste que le escribirías una canción. —Esto se está poniendo interesante. —Entonces ella. — ¿Quién ella? ¿La musa? —Oh, me gusta como suena. La musa— golpeo con mi dedo mi barbilla, Peter ríe—. Entonces, la musa aparece en su casa y él. le canta la canción al oído. Peter ladea su cabeza de un lado a otro como si evaluara toda la situación que relato. »Entonces en cierto punto ella lo besa. —Me extrañaría sin este caso hipotético no hubiera beso. — ¿Por qué? —Porque era una situación bastante intensa según lo que cuentas y habían muchos elementos para incidir, pero prosigue. —Entonces se besan por unos minutos y luego ella se va. Y pasa un par de días en los que no sabe nada de él, pero. — ¿Cuál es el pero? —Ella ve que su exnovia sube una foto en la que de hecho usa un tonto hashtag de enamorados y destinados. —Bueno, no estoy a favor de que las personas asuman los hechos, así que yo diría que la musa tendría que hablar con él para saber si es cierto que su exnovia es de nuevo su novia y están enamorados como ella lo manifiesta. En primer lugar ella no debió irse sin aclarar los puntos sobre las íes primero, pero como ya lo hizo, entonces tendría que ser directa y solo preguntar. —Lo haces sonar muy fácil. —Lo bueno es que este es un caso hipotético ¿No? — me sonríe con diversión y golpeo su brazo. —Totalmente hipotético. —Claro. Nunca diré lo contrario. señorita musa— se aleja riéndose. Entrecierro mis ojos y luego suspiro. Así que se supone no debía irme, pero es que si yo me quedaba los besos iban a ir a peor y no tenía mi cabeza clara para abordar ninguna conversación. Si hay algo que nunca me ha gustado sentir son los celos. Y lo peor es que soy de quienes aceptan cuando ese sentimiento lo invade: y yo admito que en este momento estoy celosa. — ¿Por qué no puedes mantener una mente sensata, Elisabeth? ¿Por qué? —me cuestiono queriendo abofetearme