Secretos de Lobos.
Capítulo 108

Narrador. —Hazlo por favor — pidió sin tapujos y él no se limitó, sino que se deleitó de apretar mínimamente la mandíbula inferior apreciando como cada capa de esa delicada piel era atravesada por sus caninos. Y más enloqueció en el momento que sus papilas gustativas decretaron el sabor cúprico de la sangre. Zilo danzó aún dentro de él quién creyó morir y volver a nacer entre flores de las más sutiles. Sus vidas se conectaron de una manera mágica y espectacular, él pudo ver desde cuándo sus caminos se entrelazaron y ella por igual. Sus uñas estaban clavadas en la espalda de su macho, no solo por el dolor inicial que sintió sino por experimentar algo nunca vivido, de cómo todo se mezcló provocando que su éxtasis fuera inmensamente rico. —Mi luna, mi humana, mi mundo, la razón de mi alegría. El rey lobo se había impregnado en su luna escogida, la marca se formó y cuando por último pasó su lengua húmeda por la mordedura la misma empezó a cicatrizar pasando a ser más que una cicatriz una pequeña pero bonita marca de un infinito con unas runas debajo; todo en color dorado, tan distinto como lo es ella. —Equilibrio eterno. — Leyó él entendiendo el dialecto, trazando su piel con la yema de sus dedos mientras ella se desvanecía entre sus brazos sintiendo como miles de oleadas la recorrían mientras él tocaba esa marca. Aún la eminente hombría de su esposo seguía en su interior, pero él estaba tan absorto en la belleza de esa marca tan única justo como su humana que la sonrisa de dicha no se borraba de su cara. Emocionado soltó un aullido largo y como si se tratara de un permiso cada lobo sin importar la lejanía de la manada sintieron como una electricidad lo recorrió subiéndoles por los cuerpos y haciéndole que pasaran a su forma animal; algo que debió pasar en el momento que nació Keremil pero justo pasaba ahora que el alfa se unió a la madre de su descendiente dejándole saber a todos que no solo los haría fuerte la existencia del príncipe sino la unión con la madre, y un minuto después la diosa luna estaba recibiendo el agradecimiento de su pueblo mediante los aullidos de la celebración. Con esa unión el alfa supremo no solo había fortalecido a su especie, sino que de paso le dio una luna que no necesitaba de más rito, sino que al emparejarse quedó todo hecho. El beta pudo al fin sentir completamente el aroma de su pequeña gama quien estaba transformada al igual que él, a la que le lamió el pelaje y le olfateo completa en un acto que incitaba a lo sexual, pidiéndole completar la marca en su forma animal y Asminie encantada accedió. Le movió la cola antes de salir corriendo hacia el bosque lejos de la vista de todos, puesto que al igual que el alfa y su gemelo, el beta y el delta habían entrado en su primer celo. El delta también observó a su hechicera, aspirando ese aroma a flores silvestre y aulló en sincronía antes de volver a su forma humana. —Creo que la celebración continuará en casa — le guiñó un ojo y Nazia sonrió viendo cómo los bebés estaban siendo bien atendidos por Jazmine. Samantha también que estaba junto a los demás sintió como algo dentro de su pecho se expandió y sin saber qué le sucedía sus manos pasaron a ser garras, su boca un hocico y su cuerpo se cubrió de un pelaje plateado; quedando así su loba liberada de dicho hechizo que con desesperación quería anular. #Mate mío, mío, todo mío# la loba dio tres vueltas en círculos cuando sintió el aroma delicioso, pero plantó firme sus patas delanteras cuando el hedor a azufre le quitaba la exquisitez a ese olor que debía ser uno de lo más sabroso para su olfato. Morán el lobo de Kasul ronroneaba en cuanto la sintió, pero no podía llegar a ella porque por pedido propio de su humano, Adub lo había encerrado, sin embargo, se quedó a la espera de que su mate fuera a él. #Seremos libre de esta aura demoníaca# celebró junto a su lobo hablándole por el enlace. #Sí, al fin, espero que venga mi loba, la marcaré hoy mismo# respondió el lobo lleno de ilusiones. Por su lado, Charlotte seguía ahogada pidiendo más y percibía cómo su cuerpo se acalambraba llevándole a una dimensión desconocida cuando sintió unos chorros golpear sus entrañas. Eran exquisitos y sus gemidos se escuchaban muy fuerte y su respiración se agitaba más y más, mientras el miembro de su alfa sé iba ensanchando dentro de su útero. —¡Me muero! —. Soltó un chirrido cuando de tener espasmo pasó a tener un dolor intenso del nudo, en su vientre bajo, creyendo que se rompería si eso seguía expandiéndose en su interior. —Estoy entrando en mi primer celo— le explicó Karim absorbiendo de paso su dolor y cuando la miró, vió que ella tenía los ojos justo como los suyos cuando está transformado. —¡¿Celo?! — Charlotte se quedó ida, pues no sabía, a qué se refería su esposo. — Es un ciclo de apareamiento que pasa en nosotros los hombres lobos cuando encontramos a nuestra pareja destinada— explicaba perdido en sus propias cavilaciones debido a que con Mirza no pasó por el celo
—No soy tu pareja, o bueno como dicen ustedes la destinada por la diosa, ya esa es…, — ella nunca había vuelto a hablar de Mirza. —Claro que lo eres, te he elegido yo — estampó su boca sobre la de ella y la besó con fervor mientras tenía un orgasmo tras otro y ella sentía como ese liquido super caliente golpeaba su útero y la conllevaba a cerrar los ojos por la deliciosa sensación que le causaba. —¿Como, pero si no percibo a una loba? — A pesar de la increíble excitación él se quedó azorado, ya que no podía comprender cómo ella podía tener ojos de lobos, sin ser uno. Continuaron con su unión, él empujando dentro y alcanzando un placer indescriptible, y deleitándose al mismo tiempo con sus gritos. Qué lo hacían volar en éxtasis y mientras se ensanchaba hasta el punto de explotar una vez más al mismo tiempo que ella lo acogía dándole un abrigo acalorado, exprimiendo todo de él Su último grito casi ahogado lo hizo correrse descontroladamente en su interior. Explotando con fuerza y liberando toda la carga que estuvo alimentando desde que no pudo tenerla más por el peligro del embarazo. Sin salir de ella con su erección igual o más potente que cuando empezaron y ahora agregado el nudo que no había bajado ni un poquito. La abrazó dejándola caer sobre él, ambos sudados, despeinados y con el aliento agitado, pero eso no fue impedimento para besarse hasta que sus pulmones les permitieron y así enredados el uno con el otro el comenzó a crear círculos en su espalda. —¿Te duele? — preguntó ella preocupada, al suponer que los quejidos de su alfa eran por el dolor. —No, para nada, por el contrario, lo que siento es placer— respondió peinando su cabello sin dejar de verla con esa mirada que le deja saber que nada en el mundo le importa más que ella. —¿Y esto les pasa con qué propósito? —Reproducción. Luego de este celo Keremil tendrá muy pronto a un hermano. — Ella abrió los ojos como si se le fueran a salir de órbita. —OYE SUPREMO DESGRACIADO SOY BUENA PERO NO TE APROVECHES—le exigió removiéndose para alejarse y no pudo, por el contrario, viro los ojos, ya que al hacer un movimiento el placer volvió a invadirla y Karim se carcajeó haciendo que su pecho vibrara, dado que le encantaba ver a su esposa irritada. —¿Qué tiempo duraremos unidos? —Varios minutos tal vez, pero en sí volveré a entrar en ti así que posible y nos pasemos una semana en esto— quería molestarla, puesto que su deleite es verla arrugar la nariz cada vez que algo la saca de quicio. —¿Quieres que tome a Keremil y a Kheira y me vaya para Filadelfia? — le señaló estando muy cerca de su rostro. —No podrías. —No me tientes, que aquí no existe ninguna costumbre que me obligue a no hacer lo que me da la gana, no creas que aún me he olvidado de todas las que me hiciste pasar por fingir ser un hombre admirable— le amenazaba sin importar lo delicioso que ambos la estaban pasando. —Eres muy peleona, pero si te calmas y me cuentas qué ha pasado con la diosa te llevaré a un lugar en el reino humano donde las mujeres no pueden entrar, y podrás ser mi amigo Charles. —Sabes cómo convencerme, estás aprendiendo. — Los dos se soltaron a reír, Debido a qué ya extrañaban toda esta locura. —Desde que era una cría muy pequeña fui muy soñadora, creía en los cuentos de hadas y las cosas mágicas que los ojos del hombre no veían. — Puso las dos manos en su pecho y sobre ellas el mentón para mirarlos con esos ojos que parecían que quedarían dorados todo el tiempo. —Te soñé muchas veces, solo que al crecer te olvidé. —¡¿Cómo?!— él se quedó atónito. —No sé, pero eso me deja saber que mi prueba no solo empezó cuando descubrí que tenía que preservar mi vida, sino mucho antes de que mi padre apareciera con esta propuesta, y yo sin siquiera pensarlo acepté. Fue de locos porque otra en mi lugar habría dicho no y yo simplemente dije sí. Algo me atraía a mis raíces y ese algo eras tú. — Karim le dio un suave beso y la escuchó atentamente
—La vida es una incógnita. Las dos pruebas fueron simples y muy llenas de lógica: mis deseos marcaban mi futuro, antes de que me llevaras a ese bosque y me dijeras que estaba embarazada creía tener un sueño, pero en realidad fue algo vivido la diosa de los lobos apareció delante de mí y me dijo que mi decisión marcaría mi destino. » Una mujer como yo que valoraba tanto mi vida hasta el punto de romper mis esquemas y bajar la cabeza aceptando algo de lo cual nunca iba a estar de acuerdo que eran las costumbres. Todo lo hice para no morir, al final se trató de eso, de mi deseo de morir o de vivir. —Aún no logro comprender. —Amor, cuando descubrí que me querías para tener a un bebé dije me elijo a mí y siempre fue igual me elegía a mí, aunque decía que venía a este país para salvar a mi hermano y para que mi madre viviera su amor, fue mi deseo. Elegí por mi sin ser consciente de que todo era una excusa para suponer que me estaba sacrificando por otros, pero todo cambió en cuanto empecé amarte, y cuando supe que sería madre, fue justo en ese instante que se completó mi cambio, ya no me escogí, sino que empecé a optar por ustedes volviéndose sus felicidades y su futuro mi prioridad. Salvé a Keremil de todo y él fue una parte muy fundamental de mi prueba, aunque en el proceso me salvó y protegió de la bruja y para dejarme ver cómo mi elección fue la correcta dejó en mi sistema parte de su gen regenerativo. — Es decir que hasta yo fui parte de tu prueba. — Él se echó a reír recordando las estupideces que hizo con el propósito de sacar a Keremil de Charlotte. Ella igual se carcajeó y le respondió: —Parece que sí, aunque tu diosa actúa de manera extraña, y aún no la comprendo. ¡¡No solo el lobo tiene secretos!! — Karim arrugó la frente. —¿Por qué? — inquirió con dudas. —Se supone que esa fue mi prueba, pero luego pude elegir entre regresar a tu lado o quedarme en el lugar donde solo hay paz eterna…. , — ella se quedó pensativa y tras perderse en sus cavilaciones y anonadada continuó diciendo— ese lugar es lo más bello que han podido ver mis ojos, allí estaba mi hermano Mohan. —¿Él murió? — Ella asintió. —¿Por qué pareces alegre? — inquirió confundido porque la suponía que al descubrir algo así lloraría a mares. —Porque en donde está solo hay paz, esa con la que ni siquiera se obtiene en los sueños más bonitos. Estar allí es mucho mejor que vivir, no hay miedo, ni dolor. Pero entendí que sólo quería estar contigo, con mis hijos, y con mis amigos; ningún lugar es tan perfecto si ustedes no están a mi lado. Aunque no te puedo negar que me sentía bien y que sabía que seguirías adelante nada me es suficiente sin ti lobo. —¿Cambiaste el descanso eterno por una eternidad a mi lado? — Él estaba pasmado, claro que nunca había escuchado nada referente, pero según ella explica al estar allí dejaría las complicaciones mundanas para siempre, era como el paraíso soñado por millares de seres; sin embargo, lo rechazó para seguir viviendo una eternidad a su lado, teniendo claro que lo que más le depara el futuro son complicaciones que normalmente irán surgiendo, aunque juntos las rebasen. Él se quedó abstraído y ella agarró su cara aproximando la suya quedando tan cerca que sus alimentos se mezclaban. —Lobo eres mi vida y no importa cuántos obstáculos tenga que pasar, lo voy a superar, pero a tu lado. «Si vas con mis hijos, no descansarás nunca» recordó las palabras que escuchó en su mente cuando estaba por elegir entre volver a su cuerpo o seguir el camino lleno de luz. —Te amo esposa— él se quedó sorprendido cuando ella soltó un bufido y puso los ojos en blanco. —Te creeré cuando me subas a tu lomo