Sí Señor (Porque Yo lo digo 2)
Capítulo 11

— ¡Carajo, no puedo conducir! Soltó abrumada, ahogada peleó con el cinturón para soltarlo, necesitaba aire y no le importó estar en medio de la calle con una fila de autos detrás, bajó mareada inhalando y exhalando con fuerza, no sabía qué hacer con lo que había descubierto — Tía Jaz… —fue por ella antes que la luz cambiara a verde—. Entra al auto por favor, yo conduzco — …bien — ¿Me vas a decir qué pasa? Solo le sostuvo la mirada por unos segundos y se fue al lado del copiloto mientras Danielle, subía tras el volante ya se habían ganado varios bocinazos por estar deteniendo el tráfico. Condujo con precaución y por varios minutos tuvo que aguantar al impaciente chofer del camión que le lanzaba insultos — No puedo creer que no me lo hayas dicho…, creí que éramos amigas, que confiabas en mí lo suficiente como para contármelo todo Finalmente se atrevió a soltarlo, aunque no era el lugar adecuado pero ya no aguantaba más. — Yo…, lo hago ¿qué está pasando tía Jaz? —estaba confundida, no entendía nada—. Dime qué hice mal para arreglarlo, yo no…, no quiero que estés así conmigo…, no sé qué hice —pidió afligida — ¡Me ocultaste la verdadera razón por la que no te gusta ir a mi casa! ¡Peor aún, me mentiste! Agobiada por el dolor en la voz de Jazmín, intentó conducir más despacio y procesar lo que acababa de soltarle, pero no podía haber escuchado lo que habló con Lee. No quería tener que contarle de ese momento en su adolescencia que tanto deseaba borrar para siempre — No, yo no te mentí…, tía Jaz, no digas eso… — Dejaste que ese degenerado se saliera con la suya, que te mirara cuando estabas conmigo ¡ese depravado! — Fue hace mucho —intentó calmarla, estaba fuera de sí — Y aunque hubiese sido anoche, hija para mí tú eres intocable, nadie, NADIE TE PUEDE TOCAR SIN TÚ APROBACIÓN ¡NADIE! — Lo, lo lamento —susurró en voz baja Con un nudo en la garganta tomó largas bocanadas de aire intentando mantener a raya las emociones que le producía ver a Jazmín, tan furiosa y preocupada por ella — Quiero saber TODO lo que te hizo ese infeliz. Ahora Tragándose el nudo que tenía en la garganta Danielle, intentó pensar muy bien en qué palabras usaría para no abrumarla y acabar llevándola a ese lugar oscuro en qué se convirtió su adolescencia luego de aquel episodio — Él, me…, solo me acorraló en una de las tanta fiestas que hacían entre semana, ya no podía llevar a mis amigas porque siempre habían desconocidos en la casa y no quería a los padres de mis amigos hablando mal de mi papá… Se detuvo a la espera de alguna reacción por parte de Jazmín, pero ella se mantuvo en silencio a la espera de toda la historia, así que continuó — Intentó besarme pero solo me baboseó el rostro y me tocó los pechos…, lo empujé con todas mis fuerzas para quitármelo de encima — ¡Ese infeliz! Cuando lo tenga en frente juro por Dios, que lo haré arrepentirse de haber si quiera pensado en ti de ese modo ¡eras una niña! — Fue hace mucho, no digas eso, por favor…, no te tenía, mi mamá me dejó sola con un papá adicto y…, por favor Jaz, no quiero que tengas problemas
Es pasado —intentó convencerla — ¡Y una mierda! Es acoso sexual, ese hijo de…, quería tener sexo contigo ¡sexo! ¡CON UNA NIÑA! –nada de lo que dijera lograría convencerla de no enfrentar al responsable — Sabes que mi cuerpo…, me desarrollé antes y…— — Somos bien formadas ¡y qué! No le da derecho a mirarte, eras la hija de su amigo ¡qué demonios hizo Daniel! ¿Qué hizo tu papá? — No lo sabe — Es un degenerado, no pienso volver a abrirle la puerta de mi casa — Pero tú esposo… — Tú eres más importante mi amor — Por favor Jaz…, por favor — No Con lágrimas cayendo por sus mejillas Danielle, intentó controlarse, lo último que deseaba era provocarle problemas a su tía con su esposo, pero ver cómo deseaba protegerla aunque hayan pasado tantos años le hacía pensar que tal vez si no hubiese estado lejos de la familia las cosas serían distintas — Estoy embarazada — Hija… Un fuerte jadeo salió de la garganta de Jazmín, al escuchar la noticia. — Vas a ser abuela y no puedes morir antes que eso suceda, así que olvida lo de descuartizar a ese hombre ¿de acuerdo? — Oh Dios… En un acto de cariño Jazmín, se quitó el cinturón de seguridad y abrazó a Danielle, por el cuello besando su mejilla repetidas veces demostrándole cuánto le gustaba la noticia, y que la llamara abuela a pesar de solo tener 41 años — Sé que tienes derecho a reaccionar así pero…, por favor, eres la mamá que siempre quise y necesito que sigas feliz, por mí…, necesito mucha ayuda porque no sé qué voy a hacer —continuó en una tormenta de lágrimas que no dejaban de correr por sus mejillas — Respira mi amor, estás conduciendo —pidió acariciándole la mejilla — ¡Eso hago! —soltó histérica — ¿Ya lo sabe? — ¿Quién? Oh, no y no quiero que lo sepa —sorbió por la nariz intentando controlarse — Danielle, tiene derecho, ocultar el hijo de alguien es lo más cruel que se le puede hacer a un ser humano, es imperdonable —acabó con la voz rota afectada por la fría decisión — Es una niña — Oh mi vida —suspiró emocionada por la corrección — No lo quiero cerca — Solo considéralo — Nicholas, es solo problemas, no le importo — Lo amas — Por supuesto —admitió sin problema—. Demonios, ese imbécil del camión aun quiere rebasarnos y voy al mínimo — No hay más que decir, mañana mismo iremos a visitarlo a su casa — Oh no, ni hablar, no lo voy a hacer y esta es mi decisión —hablaba en serio — Danielle — No. No quiero, es mía, solo mía — Ahora tú eres la egoísta — No te atrevas a defenderlo— Hay cosas más graves en el mundo, no crees más drama, iremos y fin del tema —y esa era una orden — Tendrás que ir sola, no pienso poner un pie en esa casa —se negó ignorando los bocinazos — Harás lo que te digo yo sé lo que es bueno para ti— ¡No! —la fulminó con la mirada, no quería alterarse con ella— Concéntrate en el camino— Sabes que te amo como si fueras mi mamá pero por favor para— Y lo soy, lo soy…, pero no puedo permitir que cometas un error— ¡Nicholas, no es bueno para mí y él lo sabe! —golpeó el volante de pura impotencia por no poder hacerla entender — Danielle, harás lo que te digo y punto. Es lo mejor— No sabes lo que dices. No lo entiendes ¡Es asunto mío, SOLO MÍO!— ¿Tú decisión?— ¡Sí, mía! Y otra vez la bocina las interrumpió, el idiota no dejó de tocarla aturdiéndolas con el estridente sonido. Lista para echarle una bronca a quien fuese el conductor Danielle, se giró para mirar por la ventana trasera del auto pero lo único que consiguió ver fue al camión abalanzándose sobre ellas
Gritó, le gritó a Jazmín, para que se agarrara pero todo pasó tan rápido… el auto salió expulsado con tanta violencia que Danielle, sintió que todos sus órganos se sacudieron chocando con su piel. Jazmín salió disparada por el parabrisas en un segundo. Las bolsas de aire se activaron aturdiéndola justo cuando un auto impactó su lado dejándola inconsciente. Todo pasó tan rápido. Chirridos de neumáticos frenando con violencia, bocinazos, gritos, autos estrellándose…, fue un desastre