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Sí Señor (Porque Yo lo digo 2)

Capítulo 16

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En silencio Nicholas, la llevó a su restaurante italiano preferido en donde la misma esposa del dueño los atendió en cuanto llegaron, había enviado un mensaje avisando que no tenían mucho tiempo -¿Qué? -preguntó al verlo tan callado y con la mirada clavada-. ¿Por qué miras tanto el suelo? -se inclinó sobre la mesa para ver si había algo junto a sus pies -No hago tal cosa -se acomodó en la silla inquieto -Bueno, don “conozco a los dueños” dime algo ¿has hecho algo interesante? Hablemos -Trabajar, cené con Vincent y Jim la otra noche, fueron a Londres, por algo en el trabajo de Vin… -comenta sin ganas -¿Ya no ves a tu amiguita? -Vanessa –aclara -Sí, esa amiga ¿hay otra? ¿Una ex o no ex? –insinúa curiosa ya que no ha mencionado nada de eso -No hay nadie, solo tú -Que cursi -sonríe con las mejillas ligeramente ruborizadas -¿Por qué trabajas de anfitriona en ese restaurante? Eres lo suficientemente inteligente como para encontrar algo mejor -Es divertido, conozco a gente a diario, me distraigo –ignoró el disgusto por su trabajo nocturno -¿Distraerte de qué? -De todo, no tengo tiempo para pensar. , me gusta sentirme útil -Siempre lo eres Danielle -Gracias –forzó una incómoda sonrisa detestaba sus desplantes de superioridad -Lo digo en serio, eres una mujer inteligente y muy capaz de todo -Te creo que es en serio, te has puesto todo estirado -Puedo hacerte una buena carta de recomendación si lo deseas o te puedo conseguir entrevistas, conozco a mucha gente -Nic, gracias de verdad pero justo ahora estoy donde quiero estar, son trabajos que no me llevo a casa, simples pero satisfactorios -¿Trabajos? Guardó silencio, se le había escapado que tiene otro trabajo. Pero no estaba dispuesta a contarlo, así que miró a su alrededor y fue un alivio ver a la señora que los recibió acercarse con la comida -No puede ser. -suelta genuinamente sorprendida-. ¿Viste el tamaño de esos platos? -Los conozco –espeta cortante -De haberlo sabido habría dejado de comer desde ayer ¡son gigantes! -Están tan bien preparados que no serás capaz de detenerte No podía molestarse cuando estaba siendo honesta y contestando a todo lo que él preguntaba en cambio él, evitó todas sus preguntas. -Tengo una hora para tragar –suspiró enamorada de su enorme plato de pasta -Dani. Comenzó a discutirle pero el brillo en su mirada ante el perfecto plato de pasta al pesto delante de ella le cortó la respiración, era tan simple hacerla sonreír que había olvidado por completo la sensación, las mariposas en el estómago o el hormigueo en la nuca provocaban esta reconfortante sensación… La observó dar el primer bocado y lanzarle una sonrisita de aprobación. Eso fue todo, se rindió a que si ella quería que la siguiera como baboso por toda la ciudad esperando que le diera esa oportunidad y que formalizaran la relación entonces lo haría. Haría todo lo que ella quisiera porque estaba decidido

Esta es su oportunidad y no la va a desperdiciar. -Te gusta el cine ¿verdad? –comentó cambiando de tema (en su cabeza) -¡Dah! Por supuesto ¿me vas a invitar al cine? –sonríe entusiasmada -No -Oh. ¿te puedo invitar yo? -No -¡Bueno ya! Basta con esas respuestas odiosas –lo apuntó con su tenedor como advertencia -El hotel hará la proyección de una película independiente y me gustaría que fueras contigo –explicó don seriedad -¿Cómo una premier? –sus ojos brillaban entusiasmados -Algo así -¿Te invitan por ser el dueño? -Sí, y por mi influencia, tengo un publicista que maneja esas cosas, mi imagen -Don celebridad ¡cuidado Paris Hilton! –bromeó divertida -Danielle La regañó, pero no pudo contener la risa ante su ocurrencia y se largó a reír llamando la atención de varias mujeres en el restaurante que se voltearon a verlo -Me gusta que te rías así, te ves joven y agradable -bromeó pero hablaba en serio-. Y llamas la atención de todas las perras mironas -¡Danielle! -Míralas, te están desvistiendo mientras tienen la boca llena de calorías -Tú me haces reír como tonto con las cosas que dices –volvió a reír -Solo digo lo que pienso –le guiñó -No es tan bueno que hagas eso -Lo hago con la gente que me conoce, así que… -le hizo un movimiento de cejas insinuando lo obvio -¿Confías en mí? -En varios aspectos, si y no suenes tan sorprendido, no estás tan mal Allen -Mi meta son todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas, juntos, claro -¿Te vas a poner romántico? -Es san Valentín -se encoge de hombros -Es solo un día, la gente debería ser atenta todo el año con su pareja y no solo porque el calendario lo indica –gruñó Danielle, llevándose a la boca una buena porción de pasta -Me gusta cuando protestas -No lo hago, estamos teniendo una conversación, son divertidas ¿verdad? –lo molesta un poco burlándose de lo serio que es -Claro. La proyección ¿vendrás conmigo? –le recuerda impaciente por una respuesta -Si -Es de gala -Encontraré algo en el vestidor de Mika o Amanda –le resta importancia -O puedes dejarme eso a mí –sugiere echándole un vistazo a su escote -¿A ti? –arqueó una ceja a la espera de más -Sí, he conocido a varios diseñadores ahora que estoy en esto de la hotelería -¿Ninguno se ha enamorado de ti? -cuchichea divertida -No sé de lo que hablas -¡Vamos! Eres un bombón, más de alguno debe haber babeado por una de tus miradas asesinas -Tonterías -¡Vamos niño rico! Que eres un vanidoso y pretencioso ¿no te acuerdas cómo te fijabas en mi ropa los primeros meses? Criticón -Te miraba el culo, lo recuerdo -Baboso -Hermosa -Ya basta –ruborizada agarra su copa de agua y bebe todo el contenido -Entonces ¿tenemos una cita? -Voy a necesitar la fecha y hora del evento o proyección para cambiar turno o pedir el día libre -Mañana -¿Qué? -Mañana te recojo a las 3 de la tarde y te llevo un vestido y zapatos -¿Así nada más? -No, mañana espero tu agradecimiento -Mi. –comienza a decir pero su intensa mirada respondió a su pregunta no formulada -Y espero que sea generoso Le lanzó una sucia mirada directo a sus pechos ascendiendo lentamente hasta esos labios rojos tan apetitosos acabando en sus ojos con un guiño, asegurándose que lo observaba se metió un bocado de pasta a la boca provocándola lamiéndose el exceso del labio inferior -Per. ver. ti. do –susurró con las mejillas rojas como el pañuelo que llevaba en el cuello -No hablemos de perversión justo aquí –insinuó -¿Por qué? ¿Te excita? -Mucho, no dejo de recordar esa pecaminosa boca tuya dándome placer. , me enciende -¿Solo mi boca? -lo provoca humedeciéndose los labios lentamente siguiéndole el juego -Por tu bien, si quieres llegar a ese trabajo tuyo tienes que parar -Estamos conversando ¿qué pasa señor Allen? -Me estas provocando, no, me estas calentando y eso es jugar sucio y yo soy muy bueno jugando sucio Con una sonrisa en el rostro Danielle, se levantó de su silla y se acercó a Nicholas, quien la recibió con los brazos abiertos, empujó su silla unos centímetros hacia atrás y le rodeó la cadera acercándola a su pecho, inspirando una profunda bocanada de aire con aroma a Danielle, inclinó la cabeza hacia atrás justo a tiempo para recibir un juguetón beso que acabó por encenderlo aún más -Voy al baño Le susurró al oído provocándole escalofríos

Se apartó abruptamente dejarlo con ganas de más. Avanzó hasta los servicios contoneándose con exageración, sabía que la estaba mirando y eso la ponía mucho. Como le encantaba provocarlo, era excitante. Cuando estuvo lejos de esos ardientes ojos negros, sacó su celular del bolso y le regresó la llamada a Wes, que hace un buen rato intentaba hablar con ella -¿Qué pasa contigo? –ni siquiera un hola, fue lo primero que obtuvo al contestar -Hola Wesito ¿tanto me extrañas que no puedes dejar de llamar como un loco? -Oye Robbie, se cayó intentando llegar a una lata de comida y me llamó a mí porque tú le dijiste que yo era el mejor solucionando problemas -¡Ay no! ¿Está bien? ¿Se rompió algo? -Todo bien, estamos saliendo del hospital, me inventé que es mi sobrino, lo llevo a casa, contacta a la mamá y dile que es una tarada por dejar siempre solo a su hijo -Pequeño Robbie. -suspiró preocupada -Me voy a quedar con él, hasta que llegue esa mujer o tú, no va a estar solo así que tranquila -Pídele una pizza de pepperoni, le encantan -De acuerdo -Con extra, extra queso -Por supuesto -Gracias Wesito, ese niño es mi mejor amigo -Lo sé dulzura -Nos vemos luego del trabajo -¿Dónde estás ahora? Tu turno comienza en una hora -Con Nicholas, comiendo pasta -Estas con ese demonio -Se está comportando, es tierno como trata de mantener su temperamento a raya -Sí, si vas toda risueña por todos lados, solo ten cuidado, Tommy, está furioso y un hombre furioso puede hacer cosas feas -Si piensa en inventar algo sobre mí, que se atenga a las consecuencias porque no me voy a quedar callada -Sabes que estoy de tu lado, pero terminaste hace poco con él -Duramos la nada en esa “relación” como para que piense en venganza, es ridículo -Lo digo en serio que te cuides de Nicholas, no dejes que te absorba -Tranquilo que soy yo quién quiere absorberlo justo ahora -¡Qué perra! Controla tu deseo sexual apenas revivido y ve a trabajar, luego tienes el evento en FIRE-Está todo listo solo tengo que verificar-Te recojo, a menos que tengas otros planes-Por el momento no, pero prefiero que cuides a mi hombrecito-Por supuesto-Y no te pongas celosito, por supuesto que quiero que me recojas -Contrólate, y yo me encargo del pequeño, solo comunícate con la madre desnaturalizada esa-Lo voy a intentar, y no hagas esos comentarios frente a Robbie, aún cree que es una buena mamá -Claro, cuida ese culo lindo-Sí papá -Te quiero boba-Yo más Suspirando pensativa colgó la llamada, y lo intentó 3 veces con la mamá de Robbie, así que optó por enviarle un mensaje avisándola, también le informó a Wes, antes de guardarse el celular. Salió del servicio lista para regresar a la mesa pero no fue necesario, allí estaba Nicholas, apoyado contra la pared esperándola con las manos metidas en los bolsillos del pantalón -¿Qué haces allí? ¿Me vigilas?-Te espero -¿Tiene algo de malo la mesa?Pregunta conteniendo la sonrisa podía ver el problema que se traía entre manos. O entre las piernas. Un bulto en su pantalón la señalaba-¿Estás lista?-Aun no acabamos de cenar –lo pincha con la mirada fija en su problemita -No tengo hambre…, de comida –insinúa -¿Y el postre? -hace un puchero provocándolo -Salgamos de aquí antes de montar un espectáculo –ordena apretando los dientes-De acuerdo ¿mi chaqueta?-La tengoAvanzó hacia él, arrebatándole la chaqueta que mantenía sobre uno de sus hombros, se arregló la ropa y enseguida le jaló una mano del interior de uno de sus bolsillos para entrelazar sus dedos, hizo que la guiara hasta la salida, pero antes de dar un paso afuera del restaurante se detuvo a propósito provocando que sus cuerpos chocaran, su palpitante y reciente erección quedó en evidencia al tocar su espalda baja