Sí Señor (Porque Yo lo digo 2)
Capítulo 23

Nicholas, no pegó ojo en toda la noche pensando en todo lo que se acababa de enterar, le dolía pensar por lo que había pasado, por la culpa que se había adjudicado sin ser realmente responsable de nada. Intranquilo e incapaz de quedarse otro minuto más sin hacer nada decidió levantarse, la contempló toda la noche luchando con malos recuerdos presentándose en forma de pesadilla consolándola en la oscuridad, abrazándola para que sintiera su compañía, pero a las 6 de la mañana tuvo que levantarse, se aseguró de dejarla bien arropada y cómoda, pero necesitaba averiguar más, le envió un mensaje a su chofer y se alistó para partir. En 40 minutos ya estaba en la puerta de la cada de Jim, listo para escuchar sus explicaciones, tampoco olvidaba lo que vio fuera del restaurante. Tenían un asunto pendiente -Nicholas, hola te esperaba, adelante Jim, se hizo a un lado para dejarlo entrar, su personal aún no se presentaba a trabajar y él, estuvo en vela toda la noche esperando a que Nicholas, apareciera, no era de los que dejaba pasar nada, menos cuando se trataba de Danielle. -Voy a preparar café, solo espera en la sala, no tardo Impaciente Nicholas, se paseó delante del ventanal ubicado en la sala, necesitaba que hablara de una vez y tanto alargue le comenzaba a colmar la escasa paciencia que tenía. Por suerte Jim, apareció con una bandeja con un par de tazas, seguía sin pronunciar una sola palabra desde que llegó pero ya no lo soportaba -Quiero saber ahora lo que está pasando entre Danielle y tú ¿qué fue lo que sucedió en el restaurante? Habla -Escucha Nic, yo solo estaba hablando con ella, no lo interpretes de otro modo -Solo explícalo -No me co…-- -No, no, no, no vas a soltar esa mierda de “no me corresponde a mí contarlo”, lo vas a soltar ahora y punto -Pero Nico, yo solo no quiero arruinarlo más con ella -Me importa un carajo si Danielle, te quiere como comida de perro, voy a pedirlo una vez más y tú me lo vas a decir porque eres mi amigo y porque ella es importante para mí ¿Quedó claro? -De acuerdo -¿Qué pasa entre tú y Danielle? Jim, tomó un sorbo de su café antes de dejarlo de lado y mirar directo a la molesta mirada de su amigo -Todo comenzó cuando te casaste con Frida, ella se sintió traicionada porque habíamos hecho buenas migas y no se lo dije, se lo oculté, la evité inconscientemente apartándome -¿Qué ayuda necesita? ¿Por qué te detesta tanto? Danielle, no es de las personas que hace eso -Bueno yo… -guardó silencio, no sabía cómo contarlo -No me voy a mover de aquí hasta no tener la historia completa porque hasta ahora lo que me dices no justifica nada de lo ocurrido anoche Jim, tomó aire varias veces ordenando los recuerdos, preparando lo que iba a contarle para que no sonara tan duro. -La encontré en la salida del hospital sentada en una silla de ruedas, me preocupe y quise saber qué sucedía, ella hablaba con uno de los doctores a cargo en urgencias discutimos y en pocas palabras me pidió que me alejara -¿Por qué estaba en urgencias? ¿Hace cuánto fue eso? –exigió impaciente odiaba los rodeos, quería que fuera al grano de una buena vez -fue hace quizás 2 años, no llevo la cuenta -Continúa, estoy perdiendo la paciencia -Dijo haberse descompensado, no le creí y eso me llevó a tener problemas. De forma no muy legal accedí a su ficha privada, lo que descubrí me dejó preocupado y fui hasta su doctor perdiendo un poco la compostura y levantando la voz, yo no soy así Nico, soy un tipo tranquilo, calmado… -Estás omitiendo información a propósito, si eres mi amigo dilo todo sin rodeos -De acuerdo Nicholas, pero lo que voy a contarte es privado, es algo de Danielle, ella debería ser quien te lo dijera no yo -Solo habla -Bien, discutí con el doctor Douglas, porque permitió que se fuera a casa muy pronto, tuvo un sangrado irregular y debió dejarla en observación al menos una noche. Le reclamé a Lee, o Douglas, discutimos y llegó a nuestro superior, casi pierdo el trabajo iban a despedirme, estaba recibiendo el sermón de mi vida cuando todo se volvió rojo -tomó una profunda respiración al recordar ese momento-. Nunca voy a olvidar ese día Nico…, una enfermera entró sin llamar a la oficina y soltó algo de un accidente en la carretera, un camión perdió el control. Todos fueron llamados a la entrada de urgencias a la espera que las ambulancias comenzaran a llegar… la sirenas sonaran más fuerte que nunca, mi respiración estaba acelerada, algo me decía que, que no era un accidente más de la sala de urgencias y se escucharon a los paramédicos entrando con las camillas gritando el estado de cada accidentado, lo alaridos…, entonces llegó ella y mi estómago se descompuso, palidecí, mis manos temblaban, me gritaban que reaccionara pero mi vista no se quitó de ella, no se movía y venía en el último grupo, el de los con riesgo vital y los “decesos” -afectado se dejó caer en el sillón-
Una pieza de metal incrustada en su cadera alentaba a mi imaginación. Me congelé. Creí que ella…, no me moví hasta que Lee, me empujó en su paso a hacerse cargo, se estaba haciendo cargo gritando a los auxiliares que prepararan una sala de operaciones, haciendo algo mientras yo estaba ahí, entonces Lee, me dio una bofetada, fuerte y me gritó que moviera el culo, me amenazó, me gritó y dijo… ”Sé que es importante para ti así que despierta, su madre no lo logro, ayúdame a salvarlas” me puse a llorar como un idiota, corrí a las camillas con los…, estuches cerrados, abrí uno a uno hasta que vi a Jazmín, el paramédico que la llevó dijo que nunca había visto a alguien con tantos huesos rotos, yo…, corrí a vomitar, no había visto nada terrible hasta ese día, yo tengo una clínica y el trabajo allí es controlado. Cuando entré en el quirófano él, gritaba órdenes y sabía qué hacer, cuando me vio me gritó frente a todos “O te pones los putos guantes, o dejas de estorbar”. Reaccioné, intenté ignorar toda la sangre en su ropa, tuve pesadillas por meses. Nico, fue terrible, lo peor que he visto en mi vida, su tía quedó irreconocible… Jim, temblaba por el recuerdo derramó un par de lágrimas, pero cuando levantó la vista para mirar a su amigo, perdido, con una expresión en su rostro tan devastada, tomó aire, encontrando coraje para continuar -No te detengas, necesito saberlo todo Jim, todo por favor –rogó con un nudo tan grande en su garganta que se le dificultaba hablar -Hice todo lo que pude, lo juro, quería salvarlas pero no lo logré, con Lee, no lo conseguimos…, hasta hoy sigo lamentándolo…, ella no quiere verme porque me odia -suspiró-. Estuve cuando se despertó, ella quería estar sola y no le hice caso, temía que intentara algo así que escogí que me detestara a ponerla en riesgo -¿Qué quieres decir con “cuando despertó”? -Amigo, estuvo en coma casi 3 meses -¿En…? -Cuando se enteró que su tía había muerto en el accidente yo…, me destrozó, escucharla a ella y su desesperación, su dolor tan desgarrador…, me hizo desear cambiar lugares para que ya no sufriera, estuvo días sedada, transcurrió una semana antes que fuera consiente nuevamente y se percatara de la cirugía en su vientre. Eso acabó de destruirla. Dejó de comer y nadie la podía tocar, le gritaba a las enfermeras, a Lee, lo acusó de no haber hecho lo necesario para salvar a su bebé. Sus amigos lloraban de impotencia por no poder ayudarla, estaba amarrada a la cama, imagina lo que debió sentir cuando se despertó y su tía ya no estaba, su funeral había pasado y ella sin poder hacer nada. Dejó de hablar, me odiaba por presionarla, solo permitió que una de sus amigas entrara, estaba embarazada y solo se sentaba en silencio para acompañar a Danielle
Ella solo desapareció del hospital, nadie supo donde se fue -Mierda… -gimió Nicholas, muy bajito dejándose caer en un sofá frente a Jim -Hace unos días cayó en urgencias por -Dilo -Ella dice que fue un accidente, que no quería hacerlo pero se metió varios antidepresivos fuertes, pastillas para dormir y estaba intoxicada con vodka -¿Insinúas que intentó…? -Sí -No, ella no lo haría –la defendió sin dudarlo -Solo trato de ayudarla pero me odia -Si vas diciendo que trató de suicidarse yo también te odiaría -Necesita ayuda profesional -Yo voy a cuidarla así que no te quiero agobiándola –espetó con dolor-Cree que mató a su tía y a su hija Nico, eso es algo que nunca va a superar-Mi DaniCon un dolor inmenso en su pecho Nicholas Allen, se quebró, cubrió su rostro con ambas manos y lloró de tristeza, impotencia poniéndose en el lugar de Danielle, comprendiendo, pensando en lo que ha sido su vida por todo este tiempo. Una hora más tarde, cuando fue capaz de controlarse y sin mencionar una sola palabra corrió desesperado de regreso a la casa de Wes, necesitaba abrazarla y decirle lo afortunado que se sentía de tenerla a su lado con vida. No quería perderla. Se metió en la cama con ella a las 8 de la mañana. Se quitó la chaqueta y los zapatos aferrándose a su cintura aun con angustia cayeron algunas lágrimas, pero no la dejó ir. Una hora más tarde, Danielle, se giró en sus brazos, se encontraba despierta cuando Nicholas, regresó y le partió el corazón o lo que le quedaba, sentirlo llorar le dolió. Allí estaban esos ojos oscuros irritados por sus lágrimas. No sabía qué decir o cómo reaccionar, así que simplemente lo abrazó con fuerza hasta que su corazón se calmó y su respiración se normalizó. -Quiero que sepas que ahora más que nunca no voy a dejarte sola, no voy a permitir que te culpesDanielle, deshizo el abrazo al escuchar su voz, se apartó sentándose frente a él, para tener distancia y poder mirarlo a los ojos-¿Qué dices? ¿Por qué no me odias? Grítame Nic ¡lo merezco!-Lo único que podría gritarte es lo mucho que significas para mí-Pero ¿no lo entiendes? Yo la…--