Sí Señor (Porque Yo lo digo 2)
Capítulo 28

-Pero no entiendo ¿los padres deben actuar así solo porque pueden pagarle a alguien por hacer su trabajo? ¿Y la preocupación? Yo pienso todo el día en Muffin, y le envío mensajes a Robbie, siempre -¿Quién es Muffin? –arqueó sus cejas con curiosidad -Mi gatita -Tú eres mi gatita -le lanzó una media sonrisa sugerente -No intentes distraerme, no dejo de pensar en ti cuando niño ¿realmente te ayudó ir a un especialista? –su voz era débil, realmente le afectaba pensar en un pequeño Nicholas, sufriendo y desprotegido -Dani, conoces como soy, no abrí la boca en meses, no se lo conté a nadie, los imbéciles de mis padres se enteraron solo por el informe de la policía, demostraron su preocupación mimándome, me dieron todo sin importar si estaba bien o mal. Fui criado por el dinero y el poder que puedes obtener si posees suficiente -Eso es horrible -Vamos cariño, no quiero que sufras por mí ya lo superé -Pero. -intentó contradecirlo -Lo hice por ti, no quiero que cambies, que te conviertas en alguien que no eres porque no recibiste la ayuda adecuada, quiero ayudarte y si para eso debía confesarte ese oscuro y doloroso momento de mi pasado, entonces estoy dispuesto a revivir el dolor y soportarlo una vez más, solo por ti, para ti, porque no quiero que pases por lo mismo -No eres como tus padres –afirmó con voz quebrada -Tranquila, no es necesario negarlo, soy odioso "tu endemoniado jefe" -Lo eras -se muerde el labio inferior para no sonreír -¿Te gustaba hacerme enojar, verdad? -Sí, tu cara de niño rico se desfiguraba y no podías decir nada porque tengo educación -le saca la lengua en un gesto infantil -Me excitaban esas "discusiones" con la hermosa Señorita Ross Pillándola por sorpresa la jaló hasta que la tuvo encima. Soltó sus manos y las acomodó en ese pomposo trasero apretujándolo para que se pegara más a su cuerpo -Engreído -Lo sé -Prepotente -Sí, dame más -sonrió masajeando su culo muy a gusto -Insoportablemente atractivo -continuó siguiendo su juego-. ¡Vanidoso! -Mucho, me gusta verme bien -Te gusta que todas babeen por ti y sepan que no pueden tenerte porque tú eres quien elige -¡Muy bien! No lo habría dicho mejor –sonrió petulante -Entonces ¿debo sentirme especial? -Lo eres -¿Tengo permitido babear por tus huesos? -Y mi pene también, por supuesto -Niño bonito, sigues estando allí -le dio un par de juguetones golpecitos en el pecho con su dedo índice -Siempre -Nic. , no quiero que. , odio que hayas pasado por eso. , y me, me hubiera gustado conocer a Leen -Ella te habría adorado, siempre me hablaba del respeto por las mujeres y todo ese rollo -Suena a que la respetabas mucho -Era algo así como mi mamá sustituta, más o menos lo mismo que sientes por. , ya sabes -Dilo, por favor -El mismo cariño que sientes por Jazmín Un ahogado suspiro hizo temblar a Danielle, pero gracias a la cercanía de Nicholas, no fue una amarga sensación, pudo escuchar su nombre sin tener una crisis o un ataque de culpa -Sigo extrañándola y es normal, es de lo único que estoy convencido. , así que te entiendo Dani, no sabes cuanto -Quiero que deje de doler -confesó enterrando su rostro en el hueco de su cuello, inspirando su aroma embriagador -Voy a hacer todo lo que esté en mi poder para que eso suceda, lo prometo Permanecieron en silencio acurrucados, consolándose hasta que la impertinente Vanessa, entró en la sala sin llamar arruinó el momento. -¿Qué es todo esto? Con una expresión de asco extendió sus brazos a las cajas de pizza y palitos de ajo, repartidas sobre la alfombra
La comida chatarra, para ella era inconcebible. -¿Quién demonios te dejó entrar? Danielle, intentó bajarse de encima pero Nicholas, no la soltó, esa posición recostados en el sofá muy acaramelados le encantaba y no pensaba abandonarla solo por la interrupción de su "amiga" -Al menos deja de manosear a esa mujer cuando estoy presente -bufó con odio -Cuida tu tono Vanessa, y lárgate, estoy ocupado -Tengo que hablar contigo, es urgente –no estaba preguntando, exigía su atención -No estoy disponible Vanessa, ya largo -Pero. -- -¿Alguien está muriendo? -la interrumpió -No -Entonces puede esperar, adiós -¡Nico! A punto de una pataleta fulminó a Danielle, con la mirada declarándole la guerra. Era toda una actuación. Vanessa, solo se quedó de pie respirando con fuerza, su pecho subía y bajaba, tenía las manos apoyadas en la cintura y su mirada lanzaba rayos letales. La odiaba, la odiaba mucho. Nicholas, nunca permitió que alguien lo viera en una situación tan personal y ahora ella presenciaba el modo en que le susurraba al oído a Danielle, y le besaba la cien con tanta adoración que creía comenzar a llorar sangre si no se detenía. -Ya verás lo que tu actitud inmadura provoca ¡te vas a arrepentir! –gritó ignorada -¿Inmaduro? -soltó una carcajada ante lo absurda que sonaba-. Lleva tu berrinche de regreso a la casa de tus padres y a nosotros ya no nos interrumpas. -Sé utilizar un teléfono, lo habría hecho si no fuese importante Danielle, le susurró al oído para que la escuchara y acabara con su drama, el accedió pero no se despegó de ella, la acomodó en su regazo cuando se sentaron apropiadamente y adoptó esa actitud petulante e intimidante característica de él -Te escucho, no tengo toda la noche -¿Y para esta sí tienes toda la noche? –escupió veneno -Claro y la mañana siguiente o el resto de mi vida –levantó la barbilla con superioridad -Podrías al menos hacer que tu "amiguita" nos diera privacidad –exigió -Entre Danielle, y yo no existen secretos -espetó apretando su agarre para que no intentara escapar -Es vergonzoso, algo entre amigos, ya sabes solo tú y yo -¿Otra vez necesitas dinero? ¿Quieres que hable con alguien para solucionar una mala decisión? O tal vez necesites que te busque un inversionista ¿qué hiciste esta vez? -No estás siendo justo –lloriqueó -Piensa Vanessa, si tienes dudas entonces no hagas nada, tienes empleados con estudios, habla con ellos -¡Yo soy la jefa, no necesito que me digan qué hacer! -Estas demostrando lo contrario, no puedo ir y solucionar tus desastres todo el tiempo -Ya puedes cerrar la boca, no lo digas frente a esta -No te lo permito, estás en mi casa, así que respeta a Danielle -Como si viviera aquí -soltó la risa más falsa de su repertorio -Es cuestión de tiempo -¿Qué? ¿Vas a tropezar dos veces con la misma piedra? ¿Qué lo de Frida no te enseñó nada? -¿Tu amiguita Frida? -le recuerda Nicholas, con amargura -No es mi amiga, lo hice por ti, porque. - -Disculpa, Vanessa -la interrumpió Danielle, levantándose del regazo de Nic, pero aun permitiéndole tocarla, su mano seguía anclada a su cintura -¡Y tus malditos modales! Estoy hablando con Nicholas, no contigo ¡que vulgar eres! -alzó la voz histérica En un segundo Nicholas, se levantó del sofá fulminándola con la mirada furioso por lo que acababa de decir y listo para sacarla de la casa
Pero Danielle, no estaba alterada ni mucho menos, así que se giró para mirarlo unos segundos advirtiéndole sin palabras que se calmara -Si ya acabaste, por favor retírate, estas interrumpiendo nuestra cita y la única con un comportamiento reprochable aquí eres tú, al parecer olvidaste tus modales junto con tu dignidad, solo has venido porque no querías que estuviésemos a solas –la encaró Danielle, controladamente molesta por su falta de respeto -¡Yo decido cuando acabar! -Por favor, te inventas estupideces para aburrirnos y hacernos perder el tiempo, es patético. Así que de ahora en adelante vas a hacer esto, cuando tengas problemas para llevar tu "negocio" o lo que sea, vas a acudir a Nic, pero solo durante el día, por la noche es mío ¿quedó claro? -¡NICO! ¿No vas a decirle nada? –pataleó -Por supuesto, Dani, cariño -la gira con la mano que aún tiene en su cintura-. Eso ha sido jodidamente excitante Con la mandíbula cayendo al suelo los observó incrédula, no se creía que su amigo acabara de hacer ese tipo de comentario justo frente a ella. -Si ya acabaste necesito que te marches, quiero privacidad. Y no vuelvas a venir sin avisar, es mi casa no tuya Vanessa, recuérdalo Dicho esto dejó de escuchar sus rabietas y se centró en Danielle, y lo mucho que le había gustado el modo en que puso a Vanessa en su lugar. Eventualmente la intrusa levantó su mandíbula y se marchó-Sabes cómo seducir a un hombre-Tengo hambre ¿y si calentamos la pizza?-Te caliento lo que quieras-Pervertido Agarrándola con fuerza la atrajo a su pecho, se inclinó y la besó sintiéndose en las nubes, se sentía bien que lo protegiera. Muy bien. Así que le permitió hacerse cargo, la observó recoger las cajas y tomarlo de la mano para llevarlo a la cocina donde ya no se encontraba el personal-No, puedo llamar a la señora Wilson-Claro que no, solo vamos a meter la pizza al microondas, no es la gran cosa, deja que Patricia, descanse -De acuerdo, hagamos esta mierda, quiero mi postre-Cuanta seguridad, Señor AllenTuvieron un divertido momento en la cocina comiendo pizza recalentada y besos aceitosos. Pero a eso se le sumaron muchas risas. -Bien, si ya acabaste de burlarte de mí, creo que llegó el momento de encargarte de lo que has provocado -Es tu cuerpo, tú tienes el control –continuó bromeando con él-Dani, no juegues con un hombre desesperado-¿Qué quieres escuchar?-Ya lo sabes, vamos listita, dímelo y acaba con mi sufrimiento -¿Quieres que vayamos a la cama?-¡Sí!-De acuerdo, vamos a la camaCon una tremenda sonrisa en el rostro, la agarro de la mano y como adolescente desesperado corrieron hasta su habitación cerrando de golpe la puerta para mayor privacidad