Sí Señor (Porque Yo lo digo 2)
Capítulo 36

Estaba molesto pero también se sentía herido, la mujer que lo observaba con esos familiares ojos no era su Danielle, dulce y comprensiva, a esta mujer no la conocía. Nicholas, solo caminó hacia la puerta, pasando junto a ella se largó sin mirar atrás. Le había mentido. Conteniendo sus ganas de llorar por el modo en que Nicholas, había reaccionado decidió que ya era hora de acabar con esta estupidez, con esa mierda que no era su asunto. Como alma que lleva el diablo Danielle, salió de la habitación y fue directamente a encontrarse con Frida y Theo, pero como no todo iba de acuerdo al plan, hace un buen rato Paul, el abogado/amante de Frida, se cruzó nuevamente en su camino y ay pobre de él, porque si su intención es buscarla entonces definitivamente la iba a encontrar — ¿Qué planeas hacer ahora Dani? No puedo creer que la desesperación te haya hecho saltar a los brazos de un anciano, oye hasta te podría presentar a un amigo si estás así de desesperada Abrió la boca para decirle un par de cositas pero a último minuto se arrepintió. Tomó aire y le respondió; — ¿Crees que a un amigo tuyo con gustos tan refinados pueda gustarle alguien como yo? Ya sabes corriente y pobre, si gracia — Puede que no me agrades niña, pero no estoy ciego — ¿Qué hay de ti? — ¡Vaya! Desesperada a la vista —se burló—. Tengo mejor gusto en mujeres — Si tú lo dices abogadito engreído Ignorando su insulto siguió su camino y entró de una vez en la habitación, caminó hacia Theo, quien hablaba con Frida, muy pegada a él, como si no hubiese visto el beso que compartieron hace un momento atrás — ¡Ya está aquí! Anunció Theo, con entusiasmo lanzándole una sonrisita cómplice a Frida, antes de acercarse a Danielle, y rodearle los hombros — Frida, hermosa quiero presentarte a mi Musa, mi fuente de inspiración —empujó de Danielle, hasta llegar a Frida—. Mi Danielle, Musa, Ella es Frida Intercambiando miradas asesinas por parte de ambas Frida, fue quien habló primero y como esperaban fingió no conocerla y la saludó toda sonrisas. — ¿Te gusta su vestido? Es el último de mi colección, este no fue mostrado en pasarela, lo he creado solo para mi Musa ¿qué opinas? — Sin duda tienes un don para hacer que cualquiera luzca a la altura —opinó con malicia — Bueno la belleza y elegancia ya las posees Musa, pero el color y el corte de la tela te transforman en perfección —provocó a propósito—
¿Verdad encanto? — No puedo discrepar con el experto, Es un vestido fantástico Theo, acabó con el asunto de la prensa permitiendo que tomaran algunas fotografías del último diseño y de él, con su Musa, antes de despacharlos. Se las ingenió para encontrar qué decir y continuar provocando hasta que se inventó algo para dejarlas a solas — Muy bien ¿qué demonios haces aquí mosca muerta? — Ya escuchaste a Theo, soy su Musa, su ins-pi-ra-ción —la provocó reconociendo su intención de intimidarla e insultarla hasta deshacerse de ella — Quiero que te largues, Theo, es mucho hombre para ti, solo te está utilizando para su colección — ¿Tu puedes con un hombre como él? — ¡Por supuesto! Necesita una mujer que sepa satisfacerlo en todos los ámbitos de su vida, conmigo ya pronto dejarás de ser su Musa, yo soy lo que desea ahora — ¿Y tu novio el abogado? — ¿Qué novio? Yo no necesito a un hombre que me limite y diga qué hacer — Te hartaste del abogado iluso que te dio la información para extorsionar a tu ex esposo ¡qué sorpresa! — Sé mantener interesados a los hombres, no bastan un par de pálidas tetas — Pero son naturales —se burla para nada tomándola en serio — Experiencia tontita — Estoy confundida ¿a qué tipo de experiencia te refieres? ¿Como zorra o teniendo hijos de hombres que no te quieren? Siendo lo único que sabía hacer en estos momentos Frida, levantó su brazo y estrelló su palma en la mejilla de Danielle — Qué básica, no cambias Fridita, hablas y hablas solo quieres acaparar ¿no te aburre estar sola, que nadie te quiera? ¿Ni tus hijos? ¿Los extrañas al menos? — ¿Básica yo? ¡Pendeja tu eres la que no supera a Nicholas, ya olvídalo y cásate antes que se te pase el tren! Y no hables de mis hijos que están muy bien cuidados — Por otras mujeres de seguro — ¿Qué, es acaso tu plan ser la nueva mami de mi hijo? Te estuve mirando coqueteándole a Simon —comenta con burla—. A él le gustan rubias y elegantes no burdas y ordinarias — Bueno cuando me llame tendré que rechazarlo porque ya pidió mi número. No me va tan mal como tú piensas de hecho un señor muy amable me ha regalado uno de los vestidos del desfile — Debiste darle lástima —sonrió venenosa — O tal vez ya se aburrió de ti —la provocó — ¿Cómo dices? — Necesito el baño, ya sabes las mujeres normales hacemos pis —soltó sin motivo alguno — No, tú no te mueves hasta que me aclares lo que acabas de decir — Paul, me detesta hiciste un buen trabajo —dijo para distraerla — El idiota de Paul, hace todo lo que demando Perfecto, tenían observadores el Señor Clark, observaba a las mujeres discutiendo desde la entrada y un poco más atrás estaba Paul. No tenía idea de cuánto llevaban allí pero el plan es que todos llegaran a esa habitación y ojalá ocurriera luego porque de lo contrario acabaría dándole un golpe para callar su altanería — ¿Es algo así como tu mascota? —preguntó echándole un vistazo — Tontita, el solo me complace porque le gusta que le haga daño a tu Nicholas, que por cierto ya ni de tu aroma barato se debe acordar, el otro día una mujer me contestó su celular y no era su boba secretaria — ¿Cuantos amantes tienes? El abogado y quién más, siento curiosidad por saber las posibilidades que tienes de contraer una ETS —¡¡Me estás llamando cerda!! — No es lo mío insultar a las personas pero tratándose de ti, sí. Me da asco como quieres conseguirlo todo con sexo, abriendo las piernas, me alegra que tus hijos estén lejos o serían unos posibles agresores sexuales si siguen los pasos de su mamita — ¡Perra! ¡Haré que te arrepientas de tus palabras! Amenazó justo antes de intentar darle otra bofetada, pero esta vez Danielle, dio un paso atrás evitando el golpe — Oye cavernícola, ya no vuelvas a pegarme —dijo al ver como se le hinchaba una vena en la cien—. Calma que tenemos compañía y no querrás espantarla Anunció mirando al Sr. Clark y un poco más atrás Paul, se mantuvo en las sombras, quería escuchar más — Pero Alan ¿qué haces aquí? En dos segundos Frida, corrió a sus brazos para saludarlo fingiendo que nada pasaba — Frida ¿qué clase de comportamiento es este? Creí que eras una mujer centrada y leal ¿quién es tu novio el abogado? — Alan, no la escuches solo es una despechada que ha venido a amenazarme porque el señor Alexander, en persona me ha invitado a su desfile — No soy idiota Frida, las he escuchado ¿cuántos hijos tienes? — Alan, eso no importa, nuestra relación es especial y nunca te he fallado cuando me necesitas, siempre estoy disponible para ti, el día que sea cariñito — ¿Cómo puedo estar tranquilo? — Tendrás que creerme, no quiero engordar y ponerme fea quedando embarazada, no puedo tener sexo y lo que tú y yo hacemos es demasiado rico para dejarlo, vamos Alan, dime que me crees El hombre ya estaba dudando, no dejaba de lanzarle miraditas a Danielle, quien seguía de pie cerca de la puerta. — Señor Clark, Frida, es una psicópata, está extorsionando a mi novio con quien tuvo un matrimonio por conveniencia, para que le dé dinero todos los meses, robó información privada seduciendo al abogado, incluso lo hizo comprarle un apartamento en el que no vive porque usted y otros hombres la mantienen pagando sus gastos en el hotel en el que se encuentran en privado Sintiéndose humillado Alan Clark, se apartó de los tentáculos de la mujer a la que consideraba su amante
De pronto la veía con asco y ya no era la jovencita alegre que decía querer complacerlo y hacerlo feliz cada vez que la visitaba o pasaban unos días solos— No la escuches, es una muerta de hambre desesperada, quiere que sea infeliz, no es cierto, yo solo te quiero a ti cariñito, tú eres mi hombre, el único capaz de satisfacerme, me llenas— Ella solo puede hablar de sexo, no lo conoce Señor Clark, es su único dominio — ¡Noo! ¡Alan, no la escuches, lo está inventando!Desesperada intentó tocarlo pero el hombre la rechazó con una expresión de asco difícil de pasar por alto. Mientras Frida, le lloraba y rogaba que no le creyera a la “intrusa”, Danielle, salió un instante para encontrarse con Paul, furioso— ¿Qué es esta mierda?— Oye, esa que está allá adentro es la peor opción para enamorarse, es una puta, y no lo digo porque quiera matarla, lo es, es su trabajo y si no quieres que tus amigos abogados se enteren vas a dejar de pasarle información sobre Nicholas, que quede como la mentirosa que es— ¿Y si la mentirosa eres tú?— ¿No viste al viejo al que intenta convencer de no botarla? Bueno te cuento que tiene cuatro clientes más y están todos en esta fiesta. Tienen unas fortunas inmensas, jamás podrías competir con ellos, solo te usa para su beneficio, al igual que a sus hijos— ¡No te atrevas a inventar algo así! —le advirtió agarrándola del brazo con agresividad—. Los quiere recuperar estoy trabajando en una demanda millonaria para que los recupere— Solo quiere el dinero, no seas iluso, creí que tu ambición era más grande, solo buscas la casita feliz con la zorra esa —se burló sorprendida, tenía sentimientos— Suelte a la señorita en este instante, le hace dañoDesconcertados tanto Danielle como Paul, se giraron para ver al hombre que acababa de intervenir en su “conversación”. — Para hoy —alzó su dura voz—. Quítele las manos de encima ahoraAturdido Paul, la soltó y dio unos pasos atrás, lucía confundido, no se creía nada de lo que acababa de escuchar, pero sabía que era cierto, algo en su interior siempre lo supo pero que otra persona lo dijera en voz alta lo sacó del juego. — Entonces Señorita Ross, usted estuvo aprovechándose de mí y mi gusto por las mujeres hermosas para enfrentar a mi amante ¿o me equivoco?